Cartas al cielo: Cuando las palabras faltan, la presencia habla

Imagen de Carlos Ernesto Pérez
Carlos Ernesto Pérez

Querido Jesús,

Desde el año pasado hay un tema que me atrae profundamente: la conversación cotidiana contigo. No solo como un momento específico de oración, sino como una charla continua que me acompaña en cada situación y actividad diaria. Lo descubrí en el librito La práctica de la Presencia de Dios del Hermano Lawrence, y desde entonces este anhelo no me abandona. Mi alma desea vivir siempre en contacto consciente contigo, contarte lo que siento y percibir tu presencia en sus múltiples formas.

Es un hábito que quiero cultivar, pero no ha sido fácil. A veces las horas pasan y me doy cuenta de que no he pensado en ti… y, sin embargo, sigo esforzándome cada día. Por otra parte, esta dolencia física, que a menudo me impide mantener conversaciones fluidas, me ha abierto a una nueva forma de comunicación: silenciosa, profunda, sin palabras. En medio del malestar, cuando mi mente no puede hilar pensamientos largos, descubro que puedo simplemente elevar mi alma a Ti, en apertura y escucha.

Comprendo que esta comunicación también es una forma de conversación. No siempre se trata de hablar, sino de hacer conciencia de tu Presencia. Es un «pare» en la velocidad de lo cotidiano, un instante en el que mi dolor y tu Presencia coexisten en un solo acto consciente. Esta nueva forma de oración me sostiene y me anima, porque me recuerda que no importa cuán difícil sea la enfermedad o el malestar, Tú sigues estando en lo más íntimo de mi ser.

Quiero vivir mis días con estas dos maneras de compartir contigo. La primera, hablándote, contándote lo que veo, pienso y siento, descansando en la certeza de que siempre me escuchas. La segunda, elevando mi alma silenciosamente a ti, pausando por unos segundos para recordar que estás aquí.

Concédeme, Señor, la gracia de ser constante en esta búsqueda. Quiero que este hábito transforme mi vida y me lleve a una unión más profunda contigo.

Compartir

8 respuestas

  1. Excelente Reflexión,la compañía de Jesús en cada momento de nuestra vida hace que todo fluya con más naturalidad.Quiza este es un proceso natural que se va dando natural y gratuitamente sin tener que forzarse Pero si disciplinarse.Dios siempre está ahí.Mis congratulaciones.

  2. CarlosE!!! Que carta tan linda!!! Y tienes razón!!! Muchas veces no sabemos ni cómo orar… pero si recordamos la presencia de Dios en nuestra vida desde lo cotidiano!!! Veremos cada día sus milagros y sus detalles, y también sus respuestas en esas conversaciones internas!!!

  3. La presencia siempre será más importante que las palabras. La consciencia siempre será más importante que la teoría. La experiencia siempre será más importante que los conceptos. Dios es más que palabras, más que teoría y más que conceptos. Gracias Carlos E por compartir y recordarme que con Dios prima siempre más el comprimís para estar en su presencia, el disfrute de experimentar su acción y la consciencia de saber que él está ahí por encima de todo!

  4. No te conozco, y me conecto mucho con lo que escribiste, es una linda reflexión sobre la oración como un espacio de conciencia y conexión profunda con lo divino. No se trata solo de palabras, sino de una presencia que da consuelo y fortaleza en medio del dolor. En la prisa de la vida diaria, detenerse para sentir esta conexión se convierte en un acto de sanación y esperanza, recordándonos que, incluso en la enfermedad o el sufrimiento, nunca estamos solos.

  5. Preciosa Oración gracias por este compartir. Es emocionante sentir a Jesús en esa Presencia y conversación tan amigable cariñosa y acompañante.

  6. Querido Carlos E: muy importante el tema de “la presencia habla”. Te recomiendo el libro Tiempo para Dios del sacerdote Jacques Philippe. Es un tesoro como guia para la vida en Oración. Te cito algunas breves frases: “en el Cristianismo, todo es gracia, don gratuito de Dios, luego el edificio de la vida de Oracion descansa en la iniciativa de Dios y su gracia. No en nuestros esfuerzos. Lo mas importante en la oración es el componente pasivo.

  7. Gracias por tu artículo, Carlos Ernesto. También en un Anhelo que llevo en mi Corazón. Deseo vivamente poder escucharLe. Deseo poder hacer Su voluntad y no meterme en tantos berenjenales. Dios te bendiga y siga iluminando tu Camino.

  8. Hermosa reflexión y poderoso hábito que invita a seguirlo, comparto totalmente el sentimiento, el deseo de la comunicación permanente y saber que alguien más vive esta comunicación reconforta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados

Cartas al cielo: Todo lo bueno viene de lo alto

Hoy desperté con el corazón alegre, con el alma perfumada por el encuentro que ayer tuve con mi amigo Camilo.

Sentir y Gustar: ¡GRACIAS, PAPA FRANCISCO!

Gracias Papa Francisco por tu vida tan fecunda: Aún tengo vivas en mi corazón tus primeras palabras: «¡Buona sera!… Ya

Hablemos de la Ropa

El buen Dios envía sus fríos de acuerdo con la ropa de la gente. Cuando me envolví en mi abrigo,

Comunitas Matutina 13 de abril de 2025 Domingo de Ramos Ciclo C

“Por eso Dios lo exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de

Sentir y Gustar – El desierto no es más que amor

Hace ya algún tiempo he venido sintiendo el deseo de ir al desierto, aventurarme al lugar inhóspito donde tantos hombres

Cartas al cielo: Cuando el último hijo parte de casa

Señor, en este movimiento continuo de la vida, te siento aquí, habitando en el fondo de mi corazón, acompañándome incluso