Padre,
ayúdanos a ser
lo que tu soñaste:
libres
y liberadores:
erguidos
y no encorvados,
acogidos
y no rechazados,
asumidos
y no negados,
aceptados
y no reprimidos,
inocentes
y no ingenuos,
mansos
y no tontos,
justos
y no jueces,
servidores
y no sirvientes,
humildes
y no humillados,
amantes
y no apegados.
¡Tan libres
en el Espíritu
y tan tuyos
como Jesús!
Amén