Es el nombre que he querido proponer para este Blog, inspirado por una cita del Padre Gustavo Baena, S.J., en su libro Fenomenología de la Revelación. Dice el Padre Baena: “Hablar de Dios sería, entonces, hablar de mí mismo.” (Fenomenología de la Revelación. Teología de la Biblia y hermenéutica, Verbo Divino, 2011, p. 1100). Es propio del ser humano “hablar”. Es uno de los aspectos que le distingue de todos aquellos animales que, incluso mostrando rasgos de innegable “inteligencia”, no alcanzan a tener la habilidad de hablar.

Ahora bien, no hay nada de lo que nosotros podamos hablar que no esté relacionado, de algún modo, con el ser humano: si hablamos de la paz, de la justicia o de la armonía social y medioambiental, estaremos hablando explícita o implícitamente del ser humano; si hablamos de filosofía, historia o psicología, de guerra, violencia o maltrato, hablamos, directa o indirectamente, del ser humano; si hablamos de nuestro asombro ante la inmensidad del cosmos, de lo maravilloso que nos resultan los adelantos científicos, de los grandes deportistas, músicos, poetas y artistas, hablamos, de uno u otro modo, de seres humanos; si hablo de los animales, los vegetales o los minerales; si hablo de una canción, de una pintura o de la danza; si hablo de religión, de creencias, de relatos mitológicos, cuentos, literatura, cine o teatro, hablamos, sin duda, del ser humano.

En fin, que justamente por todo eso, este blog propone, de diferentes modos, hablar del ser humano. Y lo haremos a partir de diversos extractos de textos de autores reconocidos o no; o de poesías que podrían despertar o acrecentar nuestra sensibilidad; o de cortos videos que nos pueden resultar muy sugerentes; o de canciones que pueden llegar a movilizar nuestros sentimientos; o, finalmente, de algunas reflexiones de mi propia autoría que, tal vez, puedan resultar valiosas para algunos de ustedes. En todo caso hablaremos de aquello que nos puede llevar a reflexionar, pensar, interrogar. Creo que, en sentido amplio, hablar del ser humano, en cualquiera de sus múltiples facetas, es hablar un poco de mí mismo. Y, siguiendo al Padre Baena, será, por tanto, hablar de Dios.

El pasado lunes, 15 de agosto, durante la Asamblea del Cuerpo Apostólico de la Compañía de Jesús en Colombia, el Padre Provincial, Hermann Rodríguez, S.J., cuando hacía la presentación de lo que ha dado en llamarse “La manzana Jesuita”, afirmaba lo siguiente: “La conversación designa el método apostólico esencial de la tradición jesuita. Para Ignacio y los primeros jesuitas encontrar el camino que mejor se acomoda a cada persona exige de una conversación íntima que se hace desde el lenguaje del corazón. Esta conversación consiste en un intercambio caracterizado tanto por la escucha activa y receptiva, como por la expresión de aquello que nos toca más hondamente. Conversar es, en su sentido más radical y profundo, convertirse al misterio del otro. La conversación invita a salir al encuentro de la alteridad, superando el valladar del propio claustro interior para convertirse en un servidor del otro.”

En fin, lo que busco, pues, en últimas, es provocar, incitar, estimular, instigar, suscitar -como ustedes le quieran llamar- conversaciones que partan “desde el lenguaje del corazón” y que enriquezcan nuestra manera de comprender y apreciar la vida. Aquellos que se sientan aguijoneados por esta propuesta y quieran responder compartiendo su manera de pensar con respecto a lo que se publique en este blog, pueden escribirme a joseraularbelaez1@hotmail.com o a través de WhatsApp en el 3146300195.

José Raúl Arbeláez S.J.

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