Comunitas Matutina 28 y 29 de marzo 2024

COMUNITAS MATUTINA 28 Y 29 DE MARZO 2024 JUEVES Y VIERNES SANTO CICLO B

“Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer, y consumada su perfección, llegó a ser autor de salvación eterna para todos los que le obedecen…”
(Hebreos 5: 8)

Textos de Jueves Santo:
1. Éxodo 12: 1-4
2. Salmo 115
3. 1 Corintios 11: 23-26
4. Juan 13: 1-15

Textos de Viernes Santo:
1. Isaías 52: 13 a 53 12
2. Salmo 30
3. Hebreos 4: 14-16 y 5: 7-9
4. Juan 18: 1 a 19:42

Jesús cena con sus discípulos en el contexto de la Pascua Judía, la ciudad de Jerusalén1 llena de peregrinos que venían a la celebración tradicional de su fe, ambiente caldeado entre los dirigentes religiosos que tenían los mayores resquemores en contra suya con deseos claros de condenarlo y eliminarlo. El, que se deshace de sus vestimentas para lavar los pies de sus discípulos, pan y copa de vino que se constituyen en memorial de su vida, traición de Judas y negación de Pedro, prendimiento, flagelación , corona de espinas, dramático camino hacia el Gólgota, burlas y humillaciones de Herodes y su gente, vacilación de Poncio Pilato, crucificado en medio de dos reos, muerte a todas luces injusta, causada por la rabia de los hombres “santos” del judaísmo de ese tiempo, son los primeros contenidos de lo que conmemoramos en semana santa. Pasión de Cristo!

Y, siguiendo con fidelidad la lógica encarnatoria, densamente realista, de la revelación de Dios en Jesucristo, miramos en esta semana santa al ser humano en su diversidad de situaciones y contextos, muchos en guerra y en condiciones de extrema fragilidad y pobreza; otros indiferentes, encerrados en sus campanas de cristal, distantes de las penurias que afligen a sus prójimos, rodeados de comodidad y bienestar material; también los hay que se toman la vida en serio, que miran al hermano caído y se dedican a su promoción y reivindicación, bastantes de ellos lo hacen en nombre de Jesús de Nazaret; también los hay empecinados en manipular, promover guerra e injusticia, armar estratagemas para frustrar la felicidad de millones de hombres y mujeres. “De todo hay en la viña del Señor”, solemos decir con ironía, escepticismo o resignación ante hechos que a menudo nos ganan la partida. Para toda esta humanidad es Jesús, para que haya pleno sentido de la vida en Dios, para que se rompan las cadenas, para que el ser humano no quede sumido en la tragedia, para que haya salvación, redención, liberación. La pasión de Cristo se inscribe salvíficamente en la pasión de la humanidad. 2

Las solemnes liturgias de semana santa y las tradiciones de la religiosidad popular deben estar cargadas de historia y realidad, así como el Señor Jesús cargó con la dramática historia de su tiempo, convirtiéndose en el referente esencial que ha de acompañar la presencia cristiana en el mundo. Nada de lo humano le es ajeno al Señor, esto reviste carácter imperativo para quienes hoy seguimos su propuesta de vida. Lo sucedido en aquella Jerusalén del siglo I, la vida de este joven galileo de 33 años 3 acogiendo a pecadores y marginados, animando sus vidas con la comunicación de un Dios cercano, solidario, misericordioso, incondicional en sus dádivas para los últimos del mundo, severo y contundente contra las máscaras religioso-morales de los jefes del templo y de la sinagoga, relato mayor que cubre a la humanidad entera con la gran pretensión de salvar-liberar y dar sentido absoluto a todo el que, desde su libertad, lo quiera recibir, merece, pasando por los memoriosos rituales vividos con honestidad, una actualidad que se vincula en proporción directa con las muchas realidades requeridas de resignificación salvífica.

Son muchos los aspectos que podríamos proponer para considerar, haremos el esfuerzo de referirnos a los principales, a los que están llamados a tener decisiva influencia transformadora en nuestras vidas:

1. Jesús establece una relación muy grande entre su muerte y los elementos de la cena: el pan y la copa de vino. Esta es la interpretación que nos transmiten los relatos de los cuatro evangelios; los sentimientos que él comunica a sus discípulos en ese contexto están relacionados con su muerte y con el memorial, la interpretación que se le da es la de una muerte definitivamente salvadora; con esto, nos deja la posibilidad de vivir siempre la realidad de una nueva alianza con el Dios salvador, en el sentido del reino definitivo anunciado por él. Con esta memoria sacramental entramos en comunión con el destino histórico de Jesús, trabajar por la fraternidad humana y significarla con eficacia en cada celebración, él se parte y se comparte para entregarnos la vida de Dios y para comprometernos a vivir en la “ética eucarística”, vidas que se hacen creíbles en la vivencia del amor como el de él: “Yo recibí del Señor lo mismo que les transmití a ustedes: que el Señor Jesús, la noche en que fue traicionado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: Este pan es mi cuerpo, que por ustedes entrego; hagan esto en memoria mía. De la misma manera, después de cenar, tomó la copa y dijo: esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; hagan esto, cada vez que beban de ella, en memoria mía”. 4

2. Según el relato de Juan 13: 1-15, que se proclama en la eucaristía del jueves santo, Jesús lava los pies a sus discípulos. Con este gesto simbólico quiere que ellos comprendan los alcances de su misión. En las culturas de la antigüedad lavar los pies era señal de acogida y hospitalidad, y de consideración excepcional hacia los huéspedes, es una servicialidad humilde que refleja la ministerialidad 5 de su vida, con la que él quiere distinguir a quienes siguen su camino. El, que preside esta cena, y, dentro de ella, realiza este lavatorio, demostrando que no hay alguno mayor que pudiera ser el primero; la comunidad de sus discípulos se configura en la igualdad y en la libertad como fruto del amor; y el Señor se convierte en el servidor, porque la grandeza no está en el honor humano sino en el amor que transforma a varones y mujeres en presencia de Dios en el mundo. Al ponerse de rodillas ante sus discípulos, Jesús, Dios entre los hombres, destruye la imagen de Dios creada por la sacralización religiosa (el omnipotente, el todopoderoso, el altísimo, la majestad lejana): Dios recupera su rostro con el servicio: “Pues si yo, el Señor y el Maestro, 6 les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes”. 7

3. Destaquemos entonces de Jueves Santo: cena memorial, ministerialidad-servicio de toda la Iglesia, 8 con diversidad de dones y funciones ministeriales, todas apuntando a lo mismo: el mandamiento nuevo del amor: “Y este es mi mandamiento, que se amen los unos a los otros como yo los he amado”. 9

4. La muerte es la gran preocupación humana, siempre se vive con particular intensidad. El ser humano la acepta o la niega, muchos viven esto con realismo y lo integran sabiamente en sus vidas, 10 otros hacen esfuerzos desaforados por evadirla creando interminables paraísos artificiales o haciendo el juego de la eterna juventud, falacia como pocas en el mundo, los hay también que se dejan llevar por un determinismo trágico, o quienes se refugian en religiosidades incapaces de dinamismo histórico y transformador. Para los discípulos la muerte de Jesús resultó totalmente desalentadora, ellos esperaban un Mesías terreno que iba a revivir las glorias de los reinados de David y Salomón, he aquí que sus ilusiones se desvanecieron y el sentimiento de derrota se apoderó de ellos, es lo que expresan los discípulos de Emaús: “Era un profeta, poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo. Los jefes de los sacerdotes y nuestros gobernantes lo entregaron para ser condenado a muerte, y lo crucificaron; pero nosotros abrigábamos la esperanza de que era él quien redimiría a Israel….”11

5. El cuadro de la muerte de Jesús es dramático en extremo: abandonado por todos, incluidos sus discípulos, escarnecido por los soldados romanos y por la muchedumbre, Dios en aparente silencio, condenado como reo hereje y blasfemo por la furia religiosa del judaísmo. Su muerte nos remite a la de todos los justos e inocentes de la humanidad, 12 los mártires y profetas de todos los tiempos de la historia, porque el carácter insobornable de sus vidas resulta exigentísimo para los victimarios, la permanente pregunta por el silencio de Dios, el misterio del mal que nunca deja de discurrir en la vida. Pero en esta muerte hay una connotación definitiva, es la donación amorosa de Dios que hace posible, en tan desbordante escenario de dolor, la redención del ser humano. Un Dios que se dice dando todo de sí, encarnado en las mayores densidades del dolor, haciendo patente su solidaridad salvífica con la humanidad.

6. La muerte de Jesús no es un acontecimiento predeterminado por un Dios que victimiza a su hijo, interpretación desafortunada que refuerza la idea de un Dios inflexible, generando un cristianismo doloroso y triste. Jesús resignifica la muerte, lo suyo está condensado en la clásica expresión de Juan: “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos”. 13 El ministerio de Jesús es demostrar teologalmente, humanamente, que Dios se revela en la donación de sí para que todos tengan vida en abundancia. Esto lo comprenden los discípulos tiempo después de los acontecimientos, en la Pascua. Desde la cruz él es el Viviente, en esa tarde crucificada surge victoriosa la Vida, garantía de nuestra esperanza.

Antonio José Sarmiento Nova, SJ 

BIBLIOGRAFÍA

1 1 JEREMIAS, Joachim. Jerusalén en tiempos de Jesús. Ediciones Cristiandad. Madrid, 2017. WIGHT, Fred H. Usos y costumbres de las tierras bíblicas. Portavoz. Grand Rapids, 2019. EDERSHEIM, Alfred. Usos y costumbres de los judíos en los tiempos de Cristo. Clie. Barcelona, 1990. AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. Compartir la mesa y conocer a Jesús. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 14 de noviembre de 2006. LEIPOLD, J. & GRUNDMANN, W. El mundo del Nuevo Testamento (volumen 1). Cristiandad. Madrid, 1973. GUIJARRO OPORTO, Santiago. El sentido de la muerte de Jesús en las palabras de la Ultima Cena. En https://www.origenesdelcristianismo.com/attachments/article/1294/2017%20%20Guijarro%20%20Palabras%20ultima%20cena.pdf 

2 GARCÍA PÉREZ , José Miguel. La pasión de Cristo, una lectura original. Encuentro. Madrid, 2024. GARCÍA MACHO, Pablo. La pasión de Jesús en nuestro siglo XXI. Monte Carmelo. Burgos, 2016. ARREGI, José. Jesús siglo XXI. Fe Adulta. Toledo, 2020. BOFF, Leonardo. Pasión de Cristo, pasión del mundo. Hechos, interpretaciones y significado, ayer y hoy. Sal Terrae. Santander, 1997. MARTÍN DESCALZO, José Luis. Siempre es viernes santo. Sígueme. Salamanca, 1996. LE BRETON, D. Antropología del dolor. Seix Barral. Barcelona, 2000. REYES MATE, Manuel. La razón de los vencidos. Anthropos. Barcelona, 1991. MOLTMANN, Jürgen. La pasión de Cristo y el dolor de Dios. En https://www.seleccionesdeteologia.net/assets/pdf/129_02.pdf

3 PUIG, Armand.Jesús, una biografía. Destino. Barcelona, 2006. RATZINGER, Joseph BENEDICTO XVI. Jesús de Nazaret. Encuentro. Madrid, 2018. CARRILLO ALDAY, Salvador. Jesús de Nazaret: su vida a partir de los cuatro evangelios. Verbo Divino. Estella, 2017. PIKAZA, Xabier. Historia de Jesús. Verbo Divino. Estella, 2021. PAGÁN, Samuel. Jesús de Nazaret. Vida, enseñanza y significado. Clie. Barcelona, 2012.

4 1 Corintios 11: 23-25. JEREMIAS, Joachim. La Ultima Cena: palabras de Jesús. Cristiandad. Madrid, 1980. LEON DUFOUR, Xavier. La fracción del pan: culto y existencia en el Nuevo Testamento. Cristiandad. Madrid, 1983. DE ROUX GUERRERO, Rodolfo Eduardo. Compartir el pan. Contexto histórico-litúrgico para una reflexión sobre la Eucaristía. Pontificia Universidad Javeriana-San Pablo. Bogotá, 2018. GESTEIRA GARZA, Manuel. La Eucaristía, misterio de comunión. Sígueme. Salamanca, 1992. BASURKO, Xabier. Para comprender la eucaristía. Verbo Divino. Estella, 2005. MALDONADO, Luis. Eucaristía en devenir. Sal Terrae. Santander, 1997. MARTÍNEZ MORALES, Víctor. Sentido social de la Eucaristía. 1. El pan hecho justicia. 2. La justicia hecha pan.3. Acontecimiento de justicia. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2003.

5 La palabra ministerio quiere decir servicio, viene del latín minister-criado-servidor que en castellano traduce menester, los servicios humildes de casa para que todos se sientan cuidados y respetados. El ministerio es una nota distintiva de la Iglesia, se instituye para anunciar la Buena Noticia, para construír la comunidad en torno a Jesús. Una Iglesia evangélicamente constituída es toda ella una realidad ministerial, servicial.

6 Interpretación post pascual del evangelista

7 Juan 13: 14-15

8 ROBLES BOHORQUEZ, Emilia. Nuevos ministerios en la Iglesia. San Pablo. Madrid, 2010; CASTILLO, José María. Los ministerios en la Iglesia. Fundación Santa María. Madrid, 1983; BOROBIO, Dionisio. Los ministerios en la comunidad. Centro de Pastoral Litúrgica. Barcelona, 1983; PARRA, Alberto. Sacerdotes de ayer, ministros del mañana. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 1978. VANHOYE, Albert. Sacerdotes antiguos, sacerdote nuevo, según el Nuevo Testamento. Sígueme. Salamanca, 2006. URIARTE, Juan María. Palabras de vida para el ministerio. La espiritualidad apostólica según el Nuevo Testamento. Sal Terrae. Santander, 2020.

9 Juan 15: 12

10 Paul Ricoeur. Finitud y culpabilidad. Trotta. Madrid, 2011. VICENTE, Jorge. Sobre la muerte y el morir. En Scripta Theologica volumen 22 número 1; páginas 113-143. Universidad de Navarra. Pamplona, 1990. TAMAYO AYESTARÁN, Alfredo. Afrontar la muerte con verdad y esperanza. En https://www.paliativossinfronteras.org/wp-content/uploads/15-AFRONTAR-LA-MUERTE-CON-VERDAD-Y-ESPERANZA.pdf VERGARA, Roberto. Muerte y esperanza. En https://www.revistafilosofia.uchile.cl/index.php/RDF/view/44214/46215 BOFF, Leonardo. Hablemos de la otra vida. Sal Terrae. Santander, 1997. RAHNER, Karl. El sentido teológico de la muerte. Herder. Barcelona, 1987.

11 Lucas 24: 19-21

12 BONHOEFFER, Dietrich. Resistencia y sumisión. Sígueme. Salamanca, 2000. ABDELMALAK, Ashraf. “Haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz”. Romano Guardini y Hans Urs von Balthasar ante el sentido teológico de la muerte en cruz de Jesucristo. Universidad de San Buenaventura. Bogotá, 2016. GIL ARBIOL, Carlos. Conformados con la muerte y la resurrección de Jesucristo. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 30 de octubre de 2012. MOLTMANN, Jürgen. El Dios Crucificado. La cruz de Cristo como base y crítica de toda teología cristiana. Sígueme. Salamanca, 1997. VON BALTHASAR, Hans Urs. Teología de los tres días. El misterio pascual. Encuentro. Madrid, 2000. GAVRILYUK, P. El sufrimiento del Dios impasible. Sígueme. Salamanca, 2012.

13 Juan 15: 13

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