Nuestros hábitos determinan si estamos dispuestos a escuchar cuando nuestro hijo está tratando de comunicarse y si estamos cuidando correctamente de nuestros cuerpos y nuestras mentes a medida que envejecemos. Nuestros hábitos determinan si llevamos toda nuestra inteligencia a lo que hacemos y si somos capaces de disfrutar de la belleza y el misterio del momento.
Si queremos vivir una vida en la que seamos fieles a nosotros mismos, en que recordemos lo que más nos importa y expresemos nuestra creatividad y nuestro amor natural, tenemos que examinar nuestros hábitos con honestidad.
Los hábitos son como las corrientes que crean los lechos de los ríos: con un flujo constante de agua, los lechos se convierten en cauces profundos. Y, sin embargo, si se redirige el flujo, los ríos pueden ser desviados. La neuroplasticidad hace que esto sea posible: las rutas del cerebro (incluidos los cauces de los hábitos que afectan a nuestro bienestar) se pueden alterar según la forma en que dirijamos nuestra atención.
A donde va la atención, fluye la energía. Es esencial que nuestra conciencia atenta guíe este flujo de tal manera que nos ayude a alcanzar nuestro pleno potencial. EL HÁBITO DEL AQUÍ Y AHORA. Como el mindfulness puede ayudarte a acabar con los hábitos no saludables de una vez por todas, Hugh G. Byrne, Sirio, 2016, p. 10
P. José Raúl Arbeláez SJ – Equipo CIRE Ampliado