La infinita novedad de la propuesta de Jesús parte de un presupuesto inamovible. Según el primer evangelista, Marcos, antes del año 70, no se aparece un ángel, no hay una revelación celestial, ni una zarza ardiente, no llega de fuera un ser divino que interviene en el mundo para ofrecer una salvación que viene del cielo, de las estrellas, o del mundo sobrenatural. No hay Sagrada Escritura cristiana. No se dan misterios o celebraciones esotéricas. No hay ninguna invitación a salirse de la condición humana o de salvar el alma, sino a realizarse exhaustivamente como ser humano. 

Este acierto infinito es que un hombre sea significativo para otro hombre, sin salirse de la autonomía de los seres humanos y del mundo. Es El Reino que Jesús puso en marcha aquí en la tierra. 

Jesús es un hombre que nos interpela y nos invita a ser hombres de verdad. 

Hoy también el cristianismo será fascinante y atractivo si se ubica en la realidad más radical del ser humano. 

Esta propuesta y respuesta es un encuentro de Jesús como persona libre frente a otras personas humanas, y no ante la presión autoritaria de una ley Divina. 

LA PROPUESTA DE JESÚS REAL E HISTÓRICO, 2, César Herrera Sánchez, Fraternidad, 2008, p. 16

P. José Raúl Arbeláez S.J. – Equipo CIRE Ampliado

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