Comunitas Matutina 28 de Julio de 2024

COMUNITAS MATUTINA 28 DE JULIO 2024
DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

“Comieron todo lo que quisieron” 
(Juan 6: 11) 

Lecturas:
1. 2 Reyes 4: 42-44
2. Salmo 144
3. Efesios 4: 1-6
4. Juan 6: 1-15

El domingo anterior, el relato de Marcos nos dejó en la antesala del muy conocido milagro de la multiplicación de los panes y de los peces. En su lugar, la liturgia nos llevará durante los siguientes domingos con el capítulo sexto del evangelio de Juan, el más largo y denso de los 4 evangelios. El autor elabora una teología del seguimiento, una honda reflexión de cómo se vive el camino de Jesús, la configuración de nuestra humanidad con la de él y con su divinidad. Este material, como los demás relatos evangélicos, se elaboró como catequesis destinada a quienes se preparaban para ingresar en la comunidad de seguidores de Jesús. Había un gran entusiasmo por parte de quienes se interesaban en seguir este camino al ver el ánimo y la valentía de los discípulos, esto demandaba “procesos de formación”, como los llamamos hoy; ahí surgen los primeros escritos que constituyen los textos evangélicos. 1

Eran multitudes con hambre y con sed, física, emocional, espiritual, no encontraban satisfacción a esta necesidad esencial ni en el régimen religioso ni en el político de su tiempo, de estas entidades sólo provenían para ellos desatinos y decisiones abiertamente injustas y desobligantes. Profundamente religiosos, descubren en las palabras y en el estilo de este nuevo maestro la posibilidad de un Dios que no es el de los poderosos ni el del orden establecido, su emoción aumenta con la manifestación de este Padre que es de ellos y para ellos, un Dios que se les revela próximo y liberador, respuesta plena a su hambre de sentido. 2 También en nuestro tiempo son muchos los prójimos deseosos de reconocimiento y de satisfacciones profundas para sus requerimientos, la muchedumbre de “descartados” por un sistema inmisericorde y depredador. Qué decir con seriedad humana y evangélica para responder a estos clamores tan legítimos y urgentes? Cómo responder al hambre de sentido y de salvación que experimentan tantos en el mundo? Porque también en los mundos de gentes satisfechas , en medio de gran bienestar material, hay grandes vacíos e iguales clamores de respuestas consistentes a sus inquietudes espirituales y existenciales.

Juan nos habla con frecuencia de pan, el alimento espiritual. 3 “Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos”, 4 como dice el relato de hoy, no es un dato cronológico sino teológico. La gente no sube a Jerusalén, como era su obligación por la ley judía, sino que busca en Jesús la salvación y la liberación que esa institución religiosa no puede darles. No está de más recordar a nuestros lectores que los evangelios se escribieron tiempo después del Jesús histórico, cuando ya las comunidades de seguidores suyos tenían unos fundamentos de fe pascual que testimonian en esos escritos. También vale la pena subrayar que al hablar de “alimento espiritual” no estamos utilizando un lenguaje dualista que desprecia lo material, se trata de la vitalidad plena de Dios que nos alimenta en Jesucristo, que anima nuestra corporalidad-espiritualidad.

El dinero había desplazado a Dios del templo. Utilizado por el sistema opresor, es el causante de la injusticia y de las ambiciones que alienan al ser humano y lo alejan de su esencia trascendente. Comprar pan es un bien necesario para la vida, a cambio de dinero, inventado este para dominar y crear inequidad. El vendedor dispone del alimento, lo cede sólo bajo ciertas condiciones que él decide. La calidad de vida – lamentablemente – no está al alcance de todos, sino mediatizada por el poder. Penosa condición de todos los tiempos de la historia, pero Jesús no acepta esta mentalidad ni las estructuras que le dan soporte, quiere saber si sus discípulos la aceptan; el discípulo Felipe no ve solución, no tiene capacidad mental para captar el fondo del problema: “Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él tanta gente, preguntó a Felipe: dónde nos procuraremos panes para que coman estos? Se lo decía para probarle, porque ya sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó: doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno coma un poco”. 5 Somos como Felipe, cicateros, de mente estrecha, de tacañería moralista? 6

En cambio, Andrés muestra una solución diferente; habla de los panes y de los peces como algo de lo que se puede disponer, su mente sí está mediada por la gratuidad: “Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero, qué es eso para tantos? Replicó Jesús: hagan que se recueste la gente. La gente se recostó eran unos cinco mil”. 7 El jovencito que tiene los alimentos representa al insignificante grupo de los discípulos, es un pequeño , humilde, desposeído de importancia social y religiosa en aquel contexto, pero no retiene, no acumula, dispone su alimento para que todos coman. Somos como Andrés, como este jovencito? Cómo están nuestros niveles de generosidad? 8

Jesús quiere que todos se sientan personas íntegras, con su propia responsabilidad, la madurez de su autonomía , no quiere servidumbres. También tiene todo el peso significativo el hecho de no estar realizando este signo ni en el templo ni en la sinagoga, Dios no acontece en los límites de una institución religiosa como la judía, sino en el mismo Jesús, en la humanidad, en su realidad, en su historia, en su existencia cotidiana: “Tomó Jesús entonces los panes y, después de dar gracias, los repartió entre todos los que estaban recostados, y lo mismo los peces. Comieron todo lo que quisieron. Cuando se saciaron dijo a sus discípulos: recojan los trozos sobrantes para que nada se pierda”. 9 La acción de gracias expresa la conexión con el ámbito de la divinidad, de donde proceden los dones de la vida, la gracia que confiere bienaventuranza, el alimento es regalo de Dios a todos, nadie lo puede acaparar para provecho propio, es la mesa servida para todos . Los sobrantes no tienen sentido de resto sino de sobreabundancia, los trozos que sobran de la comunión eucarística no se pueden desechar porque la comunidad cristiana debe continuar con la obra de la entrega y del compartir. La alusión eucarística es clarísima, la mesa sacramental de comunión con el Señor Jesús en el centro es altamente reveladora del misterio del reino de Dios y su justicia, mesa servida en igualdad de condiciones para todos, vida de Dios que se nos inyecta en el sacramento, memorial de su pascua, fraternidad, Iglesia que visibiliza al Señor en la historia de la humanidad. 10

El capítulo cuarto del segundo libro de los Reyes, del que proviene la primera lectura de hoy, refiere la actividad del profeta Eliseo: socorre a una viuda, su ministerio de auxilio con la mujer sunamita y con su hijo, la liberación de una olla envenenada, y también una multiplicación de panes, a propósito del obsequio de panes y grano fresco que un hombre le ofrece como muestra de gratitud: “Eliseo dijo: dáselo a la gente y que coman. Su servidor replicó: cómo voy a ofrecer esto a cien hombres? El dijo : dáselo a le gente y que coman, porque esto dice Yahvé: comerán y sobrará. Lo puso ante ellos, que comieron y dejaron todavía sobras, conforme a la palabra de Yahvé”. 11 Esta es la actitud que subyace en el gesto de Jesús, el profetismo bíblico anticipa estas realidades de abundancia, de justicia, de Dios que se da a todos ilimitadamente. Es la gran señal de los tiempos mesiánicos.

Consumismo, carrerismo social, comodidad sin solidaridad, competencia individualista, vida fácil, indicadores sociales de aceptación, poder, siguen siendo ídolos que alienan al ser humano y lo desentienden del prójimo. Practicamos la religión sólo para ganarnos unos favores individuales de Dios? Lo usamos para nuestros intereses? Volvemos la relación con Dios un ritual sin fuerza profética, sin panes y sin peces para compartir? La mesa común sacramental es para nosotros una exigencia densa de ética evangélica o se nos queda en un rito de satisfacción individual? El cristianismo es la religión del totalmente Otro, Dios, que se nos vuelve realidad existencial, histórica, próxima, en los totalmente otros, que son los prójimos, los seres humanos concretos.

A raíz de divisiones y pugnas que se daban en la comunidad cristiana de Efeso, envidias, recelos, Pablo los exhorta a la unidad, consecuencia de lo que venimos reflexionando en este domingo, no una unidad de pacifismo ingenuo sino una efectiva y afectiva projimidad fundamentada en el Señor: “Los exhorto, pues, yo, prisionero por el Señor, a que vivan de una manera digna de la llamada que han recibido: con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándose unos a otros por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Pues uno solo es el cuerpo y uno solo el Espíritu, como una es la esperanza a la que han sido llamados”. 12 Tener a los otros en más estima que a uno mismo, apostarlo todo por la felicidad de los demás, la negación de los protagonismos egoístas, son las grandes oportunidades para la comunión, para la mesa que se sirve para todos, señal de que se acoge el don ilimitado de Dios, los panes y los peces que desbordan generosamente y construyen comunidad y participación en el Señor. Se estima que en este momento de la historia unos 850 millones de personas padecen hambre total, 2.300 millones viven en estado de inseguridad alimentaria, 3.100 millones de seres humanos no pueden permitirse una dieta balanceada, 45 millones de niños sufren de altísima desnutrición, 149 millones de niños padecen serias deficiencias en su crecimiento por causa de la mala alimentación, se prevé que hacia 2030 (dentro de seis años apenas) unos 700 millones de prójimos padecerán hambre en grado máximo. Estas son “apenas” unas cifras de la situación alimentaria en el mundo, que van acompañadas de las carencias propias de la pobreza y de la miseria en materia de salud, educación, vivienda, equilibrio emocional , sentido de la vida. 13 Qué nos dice de esto la mesa compartida del Señor Jesús?

Antonio José Sarmiento Nova, SJ

BIBLIOGRAFÍA

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3 LONDOÑO, Juan Esteban. El pan del misterio: interpretación socio-retórica de Juan 6. En Perseitas volumen 5 número 1 ; páginas 148-166. Universidad Católica Luis Amigó. Medellín, 2016. ARQUIDIOCESIS DE DENVER. Juan 6. En https://www.archden.org/wp-content/uploads/2023/07/John-6-booklet_ESP_v2.pdf ARRUPE, Pedro. Hambre de pan y de evangelio. Sal Terrae. Santander, 1988. CONCILIUM REVISTA INTERNACIONAL DE TEOLOGÍA. Hambre, pan y eucaristía. Número monográfico 310. Verbo Divino. Estella, abril 2005. LEON DÍAZ, Ernesto. Eucaristía, banquete de resiliencia, el pan para la adversidad, Trabajo de grado para optar al título de doctor en teología. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2021.

4 Juan 6: 4 

5 Juan 6:5-7

6 PIKAZA, Xabier. Dios o el dinero. Sal Terrae. Santander, 2019.

7 Juan 6:8-9.

8 CAUM, Nuriam. La gratuidad, paso por la contradicción, como acceso a Dios. En Estudios Eclesiásticos volumen LXXXI, número 318. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 2006. VAZQUEZ ALVAREZ, Jesús. La gratuidad como una forma de hablar del Dios de Jesús. Trabajo de grado para obtener el título de profesional en teología. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2014. LOPEZ GUZMAN, Dolores. La desnudez de Dios. Sal Terrae. Santander, 2007. RUIZ LOZANO, Pablo. Todo es gracia: gratuidad en tiempos postmodernos. En Proyección LVII, páginas 175-199. Universidad Loyola de Andalucía. Granada, 2010. AGRESTI, G. Elogio de la gratuidad. Narcea. Madrid, 1983. OSUNA GIL, Javier. Gratuidad y experiencia de Dios. En GARCÍA LOMAS, Juan Manuel. Ejercicios Espirituales y mundo de hoy. Mensajero. Sal Terrae. Bilbao, Santander, 1991. VILLARROEL, C. Vivencias de gratuidad. Edibesa. Madrid, 2002. SANGUINETTI MONTERO, Alberto. Don y gratuidad en Dios y en el hombre. En SOCIEDAD ARGENTINA DE TEOLOGÍA. Gratuidad, justicia y reciprocidad. Dimensiones de una teología del don. XXIII Semana Argentina de Teología. San Benito. Buenos Aires, 2004; páginas 91-119.  

9 Juan 6: 11-12

10 MO SUNG, Jung. La Eucaristía, memorial o rito sagrado? En https://www.seleccionesdeteologia.net/assets/pdf/192_08.pdf GESTEIRA GARZA, Manuel. La Eucaristía, misterio de comunión. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1983. PAPA PABLO VI. Carta Encíclica Mysterium Fidei sobre la doctrina y culto de la sagrada eucaristía. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 1965. BOTELLA CUBELLS, Vicente. El sacramento de la eucaristía, evolución histórica. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 13 de octubre de 2015. TORRES QUEIRUGA, Andrés. La eucaristía, encuentro vivo con el Señor. En Horizonte volumen 6 número 12; páginas 21-40. Facultad Jesuita de Filosofía y Teología. Belo Horizonte, junio 2008. AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. La mesa compartida. Sal Terrae. Santander, 1994. PIKAZA, Xabier. Fiesta del pan, fiesta del vino. Mesa común y eucaristía. Verbo Divino. Estella,

11 2 Reyes 4: 42-44 

12 Efesios 4: 1-4

13 GLOBAL HUNDER INDEX. El hambre y los sistemas alimentarios en situaciones de conflicto. Ayuda en Acción. Madrid, 2015. PROGRAMA MUNDIAL DE ALIMENTOS. El hambre y los mercados. PMA. Londres, 2009. FAO; FIDA; UNICEF; OMS; PMA. La seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022. Food and Agriculture Organization. Roma, 2022. 

Hablemos de la necesidad del otro como algo que hace parte del diseño del ser humano

Manuel, el hombre que llevaba ocho años como un ermitaño viviendo en una casa en un árbol, acababa de enfermar. Un tumor había empezado a crecer en su garganta y él había decidido no hacerse ningún tratamiento. Estaba preparado para la muerte, la venía, incluso, invocando. Para él no era nada trágico, sino una salida, una solución a una vida que consideraba ya agotada. 

Durante años se había encerrado en su propiedad en las afueras de Saravena, muy cerca de la frontera con Venezuela, y había renegado de la vida superflua de las grandes ciudades. La sociedad de consumo le fastidiaba y la consideraba la plaga del hombre contemporáneo, el origen de su ruina moral. Sin embargo, Manuel no pudo solucionar una trampa que poco a poco lo hizo pedazos: descubrió que la soledad era el comienzo de una depresión cuya única cura era, precisamente, la presencia del otro. […] 

Al comienzo la soledad le parece la cura a tanta contaminación publicitaria, a tanta tele-basura, a tanto afán monetario. Lee, medita, se dedica a la vida contemplativa. Pero con el paso de los años se da cuenta de que necesita del otro, reconoce dentro de sí un vacío que lo devora, que le hace daño, que lo hunde en estados de ánimo deplorables. Descubre dentro de sí mismo que está diseñado para interrelacionarse con sus congéneres. EL LIBRO DE LAS REVELACIONES, Mario Mendoza, Planeta, 2021, p. 19-20

P. José Raúl Arbeláez, SJ. – Equipo CIRE Ampliado

Comunitas Matutina 21 de Julio de 2024

COMUNITAS MATUTINA 21 DE JULIO 2024
DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

“Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato”
(Marcos 6: 34)

Lecturas:
1. Jeremías 23: 1-6
2. Salmo 23
3. Efesios 2: 13-18
4. Marcos 6: 30-34

Cuando hay liderazgos deficientes, plagados de intereses mezquinos, sin clara visión de la realidad, desentendidos de los clamores de las personas que les son confiadas, prepotentes, egoístas, autoritarios, vacilantes, inseguros, engreídos, persistentes en sus equivocaciones, distantes, ególatras, fracturados en su moralidad, vanidosos, incompetentes, podemos afirmar con respecto a las gentes que dependen de ellos que son “como ovejas que no tienen pastor”. 1 Cuántas crisis, desorientaciones, vacíos, se viven en muchos lugares de nuestro mundo cuando los liderazgos no responden a las necesidades y expectativas de las comunidades, de los ciudadanos, de los creyentes! 2 También en nuestra Iglesia, hay que reconocerlo con humildad, hay pastores que fallan gravemente porque no se dedican a su ministerio con generosidad o porque tienen conductas éticas que no van con la rectitud moral que se exige a quien está al frente de la comunidad. 3

Es innegable la necesidad social, comunitaria, política, económica, religiosa, pedagógica, de buenos referentes para orientar a los colectivos, a los países, a las iglesias y comunidades de fe, a los emprendimientos; no es posible propiciar dinámicas constructivas sin personas y grupos que sean modelos de identidad, y garantías para el buen desarrollo de vidas dignas, comprometidas con la plenitud de los seres humanos. Hacer conciencia de las debilidades y pecados de los liderazgos incrementa la necesidad de tener excelentes dirigentes, hombres y mujeres dignos de toda confianza: “Yahvé, quien vivirá en tu tienda? Quién habitará en tu monte santo? El de conducta íntegra que actúa con rectitud, que es sincero cuando piensa y no calumnia con su lengua, que no daña a conocidos ni agravia a su vecino…”. 4 Vienen al corazón los estupendos seres humanos que dan lo mejor de sí en el liderazgo, en el gobierno, en el pastoreo eclesial. El pensamiento bimilenario de Platón y Aristóteles sobre las virtudes políticas sigue teniendo total vigencia y similar necesidad, cuando en “La República” y en “La Política” proponen su pensamiento sobre la organización social y sobre el gobierno de la misma, una propuesta clásica que atraviesa los siglos, 5 con plena vigencia en nuestros tiempos.

Esto, en el medio cristiano en el que vivimos, nos movemos y existimos, es una exigencia de altísimo nivel. El referente es el mismo Jesús dedicado sin reservas al pastoreo, a la gente del común, a sentir como propias sus necesidades, a no escatimar esfuerzos para darse todo a todos, a com-padecer los dolores de su pueblo, a animar y orientar en clave del reino de Dios y su justicia, a no desatender a nadie, a ser modelo de donación de la vida para el bien de todos: “Al desembarcar, vió tanta gente que sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.” 6 Esto es lo que nos proponen las lecturas de este domingo.

El interés prioritario de Dios – no hay ninguno que se le iguale – es la plenitud, felicidad, realización, salvación, liberación, del ser humano. La imagen del pastor – de donde proviene pastoral, la acción apostólica de la Iglesia – surgida del ambiente sociocultural propio del pueblo hebreo, es perfecta para dar plasticidad al interés de Dios por su rebaño, a su incondicionalidad y desvelo para darse a los seres humanos, que somos su opción preferencial. 7 Es lo que en buen lenguaje del Nuevo Testamento llamamos la ministerialidad; vale decir, la servicialidad que compromete a toda la Iglesia, esta no es propiedad del clero, ella es una realidad comunitaria, sinodal, caminando juntos siguiendo los pasos del Señor en el contexto de realidad en el que cada uno vive, acogiendo los carismas que el Espíritu regala para beneficio de toda la comunidad, distinguiendo los distintos tipos de servicio, desmontando el clericalismo y la minimización de los laicos, promoviendo a todos para la vida según el Evangelio. 8

En el Antiguo Testamento los guías políticos y religiosos eran presentados como los pastores de ese rebaño, esta imagen cobró especial relieve a partir de David, el pastor que se convirtió en rey. El rebaño no es propiedad de los pastores, ellos son sus administradores, las ovejas son del Señor, aquellos representan el favor de Dios y deben rendir cuentas de lo que hacen por la porción que les es confiada, son una mediación y, en cuanto tales, son relativos, sin que esta relatividad menoscabe la seriedad con la que deben darse a esta misión. 9 Con frecuencia, el Antiguo Testamento refiere las perversiones e infidelidades de los jefes, lo que deriva en la dispersión del rebaño: “Ustedes han dispersado mis ovejas, las han expulsado y no se han ocupado de ellas. Yo, en cambio , voy a ocuparme de ustedes, para castigar sus malas acciones, oráculo del Señor”. 10

En el caso de la fuerte confrontación que hace la primera lectura advertimos su contexto: el rey Joaquín, con su conducta desatinada, provocó la intervención de Babilonia, y buena parte del pueblo hebreo fue deportado, desplazado, desarraigado de su hábitat, desposeído de sus tierras, de su religión, de sus tradiciones, como sucede tan a menudo en nuestro tiempo con las acciones de los depredadores de la vida y de la dignidad, las noticias en este sentido son penosamente abundantes: “Ay de los pastores que pierden y dispersan el rebaño de mi pastizal!”. 11 La intervención del Señor tiene total justificación por tratarse de su pueblo, de su gente, de su humanidad entrañable – la de aquellos tiempos y la de todos los tiempos de la historia -, y se evidencia así: los deportados a Babilonia son repatriados, se nombran pastores ejemplares, dignos de crédito, y se hace la correspondiente resonancia de salvación-liberación. Se pasa de los pastores con minúscula al Pastor-Jefe, al rey davídico en quien el pueblo puede tener definitiva garantía de cuidado y protección: “Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas, de todos los países adonde las había expulsado, y las haré volver a sus praderas, donde serán fecundas y se multiplicarán. Yo suscitaré para ellas pastores que las apacentarán….”. 12

Esperanza de los pueblos de aquellos siglos antiguos y de los actuales es la de ser guiados con justicia, con generosidad, con reconocimiento eficaz de su dignidad. También en la Iglesia hemos fallado con gravedad cuando algunos pastores se han entregado al carrerismo eclesiástico, a la pedofilia, al clericalismo y al poder, a beneficiarse del prestigio que en muchos ambientes da la condición sacerdotal. Se impone así una confrontación rigurosa y humilde , hondo examen de conciencia de todos en la Iglesia cuando unos proceden de modo tan contrario a Dios y a la dignidad de los cristianos y del ministerio, y cuando las ovejas del rebaño no hacen control de calidad a sus pastores. Con mayor razón, por la originalidad misma del cristianismo, apostamos por la rectitud y santidad de todos en la Iglesia, condición que debe resaltar en quienes pastorean en cuanto referentes de la comunidad.

El ministerio de pastorear las comunidades cristianas es bello, apasionante, seductor, exigente, si se vive como lo vivió el mismo Señor Jesús, y como lo han vivido y siguen viviendo tantos hombres buenos y abnegados de modo abnegado, discreto y con total dedicación. 13 Mucha gente estaba realmente interesada por Jesús, según lo refiere el mismo relato: “Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos” 14 la multitud que reconocía en Jesús y en sus discípulos una gran señal de esperanza.

También llama la atención que Jesús, al sentir compasión, no se dedica a realizar señales milagrosas sino a enseñarles: “y estuvo enseñándoles largo rato”. 15 Sabemos bien que el contenido de su enseñanza es el reino de Dios y su justicia, el cambio de mentalidad con respecto a un Dios que él revela como Padre misericordioso y compasivo, es lo que consume toda su vida de. Este elemento central define el ser cristiano, el servicio, el ministerio, 16 la ofrenda incondicional del propio ser: “ Yo he venido para que las ovejas tengan vida y la tengan en abundancia”. 17

Jesús comprendió que más urgente que descansar era atender a la multitud, sencilla referencia que determina el modo de vida de quien tenga la intención de seguir sus pasos. La Iglesia no puede ser una sociedad piramidal, escalafonada, sino una comunidad con diversidad de carismas y de ministerios, todos iguales en dignidad a partir de la configuración bautismal, distintos en dones y en servicios, pero orientados sin excepción a la construcción de la comunidad de discípulos y a la humanidad toda. Es lo que pretenden la teología y el modelo eclesial de la sinodalidad, caminar juntos, cada uno aportando sus carismas para el caminar comunitario, conservando con énfasis la figura de los pastores que guían a sus comunidades y promueven los carismas de todo el pueblo de Dios. 18

Aspecto clave de este ministerio pastoral es el de la unidad. Partiendo del conflicto del cristianismo naciente, entre cristianos judaizantes y gentiles, Pablo descubre que en el Señor Jesucristo ya no hay razones para la división y para la oposición , esto es definitivo en el ejercicio de su ministerio: “Porque Cristo es nuestra paz: El ha unido los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de la enemistad que los separaba, y aboliendo en su propia carne la ley con sus mandamientos y prescripciones. Así creó con los dos pueblos un solo Hombre nuevo en su propia persona, restableciendo la paz, y los reconcilió con Dios en un solo cuerpo, por medio de la cruz, destruyendo la enemistad en su persona”. 19

Antonio José Sarmiento Nova, SJ

BIBLIOGRAFÍA

1 Marcos 6: 34.
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4 Salmo 15: 1-3.
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6 Marcos 6: 34  
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10 Jeremías 23: 2 
11 Jeremías 23: 1 
12 Jeremías 23: 3-4
13 GONZALEZ DORADO, Antonio. Sacerdotes dignos de crédito: perspectiva latinoamericana. Sal Terrae. Santander, 1989. ORTIZ AMAYA, Jorge. El sacerdote de mañana. Carlos Lohlé. Buenos Aires, 1965. GRESHAKE, Gisbert. Ser sacerdote. Sígueme. Salamanca, 1995. VANHOYE, Albert. Sacerdotes antiguos, sacerdote nuevo según el Nuevo Testamento. Sígueme. Salamanca, 2006. RICCARDI, Andrea. Perspectivas del sacerdocio en el siglo XXI. En Isidorianum número 37; páginas 67-81- Facultad de Teología San Isidoro. Sevilla, 2010. GARCÍA DÁVALOS, L.A. El carácter sacerdotal del pueblo de Dios: paradigmas para una comprensión eclesial. Universidad Iberoamericana. Ciudad de México, 2000. SOBRINO, Jon. El sumo sacerdote: el mediador , lo humano sin añadido pero con concreciones. En IDEM. La fe en Jesucristo : ensayo desde las víctimas. Trotta. Madrid, 1999; páginas 185-2006. PONTIFICIA COMISION PARA AMERICA LATINA. La formación sacerdotal en los seminarios de América Latina. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2009. RAMIREZ, Romina. Movimiento de sacerdotes para el tercer mundo. En https://www.cdsa.aacademica.org/000-106/196.pdf 
14 Marcos 6: 33
15 Marcos 6: 34
16 Derivado de la palabra latina minister, el criado, el servidor, el que hace los menesteres humildes para bienestar de todos.
17 Juan 10: 10
18 XVI ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA DEL SINODO DE LOS OBISPOS. Una Iglesia sinodal en misión. Informe de síntesis. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2023. BUENO , Eloy. El camino sinodal. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 13 de marzo de 2018. CODA, Piero. REPOLE, Roberto. La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia. Ciudad Nueva. Madrid, 2020. RIVAS, Luis Heriberto. Fundamentos bíblicos de la sinodalidad en la Iglesia. En Teología, volumen LVI, número 128; páginas 9-30. Pontificia Universidad Católica Argentina. Buenos Aires, abril 2019. 

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Comunitas Matutina 14 de Julio de 2024

COMUNITAS MATUTINA 14 DE JULIO 2024 

DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

“Expulsaban a muchos demonios y curaban a muchos enfermos ungiéndolos con aceite”
(Marcos 6: 13)

Lecturas:
1. Amós 7: 10-17
2. Salmo 84
3. Efesios 1: 3-10
4. Marcos 6: 7-13

Siempre en el mundo abundan las malas noticias, anuncios de desgracias, catástrofes, injusticias, guerras, epidemias, medidas económicas que afectan a muchísimos seres humanos, gobiernos que no atienden con seriedad los desafíos del bien común, prohibiciones, amenazas, realidades que comprometen seriamente la felicidad, el bienestar y el sentido de vida de la humanidad. Esto se vivía dramáticamente en tiempos de Jesús. Por eso, cuando él empieza a hablar de cosas con signo totalmente distinto, alentadoras para los maltratados, irrumpe una nueva lógica de vida patrocinada por el Padre de Jesús, una Buena Noticia que transmite ilusión de vivir, que estimula en los abandonados su conciencia de dignidad. El anuncio que hace Jesús no es un adoctrinamiento forzado sino una propuesta llamada bienaventuranza por él mismo, 1 sinónimo de felicidad, y es originada en el mismísimo Dios; quiere decir que la última palabra sobre el ser humano no la tienen ni la muerte, ni el pecado, ni la injusticia, la tiene Dios y es BUENA NOTICIA de salvación.

Pues bien, estas buenas gentes agotadas de tanto sufrir desprecios y humillaciones, pobrezas y negativas a las oportunidades legítimas a las que tiene elemental derecho todo ser humano, desconocidos también por su propia religión, se entusiasman en altísimo grado cuando Jesús va a su encuentro con ellos y les anuncia tantas cosas buenas, seductoras, hermosas, en nombre del Padre Dios, todas ellas estimulantes para vivir con auténtico humanismo y con afirmación de su dignidad. Este es el meollo del Evangelio que, lo sabemos bien, quiere decir Buena Noticia. Y este es el contenido esencial de la misión de la Iglesia, según nos lo proponen las lecturas de este domingo.

La evangelización no es adoctrinamiento ni proselitismo, ni imposición de una ideología religiosa, sino tarea integral que abarca todas las dimensiones del ser humano para ser transformadas por la comunicación del mensaje . La evangelización es configurar seres humanos nuevos según el modelo de Jesús. Si en la Iglesia hay realidades que no estén orientadas a esto , deben desaparecer porque oscurecen su tarea fundamental; ella es auténtica cuando, como Jesús, es infatigable en la comunicación de esa Buena Noticia. Tampoco se trata de una faena de “marketing” religioso para ganar adeptos, demostrando resultados, según lo que se dice en el mundo de los negocios, emulando en competencia con otras denominaciones religiosas para demostrar cuál de ellas es más exitosa . Si esto fuera así sería un deplorable capitalismo religioso, totalmente ajeno al proyecto de Jesús. 2

Las palabras del Papa Francisco nos ayudan a comprender qué es misión evangelizadora: “La propuesta es vivir en un nivel superior pero no con menor intensidad: “La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. De hecho, los que más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y se apasionan en la tarea de comunicar vida a los demás” .Cuando la Iglesia convoca a la tarea evangelizadora , no hace más que indicar a los cristianos el verdadero dinamismo de la realización personal: “Aquí descubrimos otra ley profunda de la realidad: que la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión. Por consiguiente, un evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral. Recobremos y acrecentemos el fervor, “la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas. Y ojalá el mundo actual – que busca a veces con angustia, a veces con esperanza – pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo”. 4

El evangelio de este domingo – tomado de Marcos – remite a un envío misionero, con unas recomendaciones que hace Jesús a sus discípulos, indicándoles condiciones y disposiciones para hacer más significativa la tarea apostólica. Todo el que es llamado es para ser enviado, requerimiento indispensable en la vocación cristiana, ser cristiano no es estar “carnetizado” en una EPS de servicios religiosos, es ser discípulo del Señor, participante activo de la misión de la Iglesia. Dejarse tomar por Jesús es asunto es muy serio, se trata de dejar que Dios Padre – mediante la acción salvadora-liberadora de Jesús – nos configure en su nueva humanidad, gracias al dinamismo transformador del Espíritu Santo. Quien tiene esta dotación teologal necesariamente es enviado a comunicar el Evangelio: “Llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que nada tomasen para el camino, a excepción de un bastón; ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; y que fueran calzados con sandalias y no vistieran dos túnicas”. 5

La conversión de la que nos habla el evangelio no debe entenderse desde un simple perfeccionismo moral. Se trata de un cambio de mentalidad en la perspectiva de Jesús, que se designa con una bella palabra griega , “metanoia”, rescatada en los tiempos del Concilio Vaticano II, cuyo significado es nueva manera de ser , nueva manera de vivir según el Espíritu. La nueva humanidad de Jesús es la del ser humano libre de ataduras esclavizantes, apasionado por la vida y por la justicia, comprometido con los pobres y excluídos, dispuesto siempre al servicio y a la solidaridad, con una espiritualidad inserta en las realidades del mundo. 6

Los signos de la misión son elocuentes por su eficacia: “Ellos, yéndose de allí, iban predicando a la gente la conversión. Expulsaban a muchos demonios y curaban a muchos enfermos ungiéndolos con aceite”. 7 El anuncio del Evangelio está llamado a tener incidencia transformadora en cada persona en particular, pero también en la sociedad, en la construcción del bien común, en el respeto y promoción de la dignidad humana, en la generación de convicciones éticas arraigadas en los corazones con sus correspondientes impactos en la conducta individual y colectiva, en el aportar a la generación del sentido de la vida, en la alegría de vivir, en una espiritualidad sincera, en una manera de proceder que le gane la partida al consumismo, a la violencia, al egoísmo, a la pérdida de la sensibilidad. Estos y muchos más son los demonios que es imperativo expulsar, 8 es misión de la Iglesia y de cada cristiano en particular.

La confianza de toda misión evangélica debe centrarse en el mensaje, no en los medios desplegados para conseguir la adhesión. Para ello se impone dejar de lado lo superfluo, no negociar la conciencia ni venderse al mejor postor. Cuando Jesús envía a los Doce está diciendo que lleven el Reino a todos los seres humanos, no sólo a los oficialmente buenos y religiosos. El Reino que se anuncia así está más allá de la religión, sí la incluye pero la purifica de todo vestigio alienante. Gran problema de las iglesias ha sido absolutizarse a sí mismas, haciéndose una religión más, con todo su conjunto de ritos y creencias , sin impacto transformador en las personas y en las sociedades. Conviene aquí decir que hay realidades eclesiales que no están evangelizadas y que, en consecuencia, no evangelizan. 9

El relato de Marcos deja claro que sólo Jesús es la fuente, el inspirador y modelo de la acción evangelizadora de sus seguidores. No harán nada en nombre propio, son enviados por él. No se predicarán a sí mismos, sólo anunciarán su Evangelio, dedicarán su misión a abrir caminos al Reino de Dios. En consecuencia, hay que pasar de tener ideología religiosa a tener experiencia de Jesús, del Dios Padre que él nos revela, del prójimo que se nos abre como el otro para hacer comunidad y para proponerle la Buena Noticia.

Al pasar los años, habiendo vivido los discípulos la experiencia pascual, su mensaje se fue enriqueciendo con lo que Jesús hizo y dijo, y también con una elaboración teológica de lo que él vivió y comunicó. Esta tarea se realizó en las comunidades del cristianismo primitivo y es la que origina los diversos escritos del Nuevo Testamento, netamente misioneros. 10 Un resultado novedoso y revolucionario de la Buena Noticia es su carácter universal, la llamada incluyente a hombres y mujeres de toda cultura, nacionalidad, condición socioeconómica, etnia. En su momento esto marcó un fuerte contraste frente al exclusivismo judío que no admitía paganos en su comunidad de fe. También hoy, ante los modelos excluyentes de muchas sociedades, economías, grupos religiosos, el cristianismo debe hacer un énfasis radical en la acogida a los seres humanos de todos los tiempos de la historia, cada comunidad cristiana debe distinguirse por su capacidad de inclusión, siguiendo el mismo estilo de Jesús: “En El también ustedes, tras haber oído la Palabra de la verdad, la buena nueva de la salvación, y haber creído también en El, fueron sellados con el Espíritu Santo de la promesa”. 11 Tal es el contenido esencial de la misión de la Iglesia: “…hacer que todo tenga a Cristo por cabeza”. 12

Antonio José Sarmiento Nova, SJ

BIBLIOGRAFÍA

1 PAPA FRANCISCO. Exhortación Apostólica La Alegría del Evangelio. Evangelii Gaudium. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2013. PAPA PABLO VI. Exhortación Apostólica El Anuncio del Evangelio Hoy. Evangelii Nuntiandi. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 1975. CASTILLO , José María. Teología Popular 1: La Buena Noticia de Jesús. Desclée de Brower. Bilbao, 2009. CATALÁ, Toni. La Buena Noticia de Jesús. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2005. PIKAZA, Xabier. Evangelio de Marcos. La Buena Noticia de Jesús. Verbo Divino. Estella, 2018. STOCK, Klemens. Jesús, la Buena Noticia. Meditaciones sobre el evangelio de san Marcos. Didaskalos. Madrid, 2023. PAGOLA, José Antonio. La Buena Noticia de Jesús. Ciclo A, ciclo B, ciclo C. PPC. Madrid, 2019. GUIJARRO OPORTO, Santiago. La Buena Noticia de Jesús. Introducción a los Evangelios Sinópticos y a los Hechos de los Apóstoles. Atenas. Madrid, 1987. CASTRO CHAMBI, Raúl Enrique. Les doy la Buena Noticia. Ciclo B. Paulinas. Buenos Aires, 2023. 

2 PAPA JUAN PABLO II. Carta Encíclica Redemporis Missio. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 1990. COSTAS, Orlando E. Evangelización contextual: fundamentos teológicos y pastorales. Seminario Bíblico Latinoamericano. San José de Costa Rica, 1986. MADRIGAL TERRAZAS, Santiago. Nueva evangelización y transmisión de la fe. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 15 de enero de 2013. DÍAZ MERCHÁN, Gabino. Evangelizar en un mundo nuevo. PPC. Madrid, 2017. MORENO PARDO, Juan Ramón. La evangelización en el mundo contemporáneo. En https://www.revistas.uca.edu.sv/index.php/rlt/article/view/6111/6054 ARQUIDIOCESIS DE BOGOTA. Qué es evangelizar? Evangelizar hoy en la Arquidiocesis de Bogotá. Vicaría de Evangelización. Bogotá, 2016. BUENO, Eloy. Dios vive en la ciudad. Evangelizar la cultura urbana. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 26 de enero de 2016.

3 V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO APARECIDA Aparecida (Brasil), número 360. CELAM & Ediciones Paulinas & San Pablo. Bogotá, 2014. 

4 PAPA PABLO VI. Exhortación Apostólica sobre La Evangelización en el Mundo Moderno Evangelii Nuntiandi , número 8. Tipografía Vaticana. Roma, 1976.

5 Marcos 6:7-9

6 JUSTO, Emilio J. La libertad de Jesús. Sígueme. Salamanca, 2014. DUQUOC, Cristian. Jesús, hombre libre. Esbozo de una cristología. Sígueme. Salamanca, 2005. GUERRA, Santiago. Jesús, hombre libre. En https://revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/216articulo.pdf LOBATO, Abelardo. La filosofía cristiana de la libertad. En https://www.repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/14796/1/filosofia-cristiana-libertad.pdf GIL ESPINOSA, María Isabel. El amor que nos hace libres. Una aproximación al horizonte liberador de la moral. En Theologica Xaveriana volumen 61, número 171; páginas 97-129. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, enero-junio 2011. ARENS, Eduardo. Han sido llamados a la libertad. Centro de Estudios y Publicaciones CEP. Lima, 2009. COMBLIN, José. Vocación a la libertad. San Pablo. Madrid, 2004; La libertad cristiana. Sal Terrae. Santander, 2000. 

7 Marcos 6: 12-13

8 LARIZ DURÓN, Juan José. La naturaleza del mal. Un problema para el ser humano. En Revista de Filosofía UIS volumen 21, número 2; páginas 79-100. Universidad Industrial de Santander. Bucaramanga, 2022. HAAG, Herbert. El problema del mal. Herder, 1981. RICOEUR, Paul. El mal, un desafío a la filosofía y a la teología. Amorrortu. Buenos Aires, 2006. ZIMBARDO, P. El efecto Lucifer: el por qué de la maldad. Paidós. Barcelona, 2008. CHESTERTON, Gilbert Keith. Lo que está mal en el mundo. Acantilado. Barcelona, 2008.. BOROBIO, Dionisio. Ministerio y ministerios de reconciliación en la Iglesia actual. En Salmanticensis número 46, páginas 349-373. Universidad Pontificia de Salamanca, 1999. GUERRERO, Pablo. El ministerio de la reconciliación: curación del pasado, verdad de presente, esperanza de futuro. En Estudios Eclesiásticos volumen 90, número 353; páginas 347-368. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 2015. URIARTE, Juan María. La reconciliación: tarea eclesial y social. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 29 de octubre de 2019. Servicio Jesuita de Refugiados Colombia. Herramientas para una reconciliación con Dios. JRS Colombia. Bogotá, 2017.

9 BRIGHENTI, Agenor. Nueva evangelización y conversión pastoral: un abordaje desde la Iglesia en América Latina y el Caribe. En Theologica Xaveriana 63 número 176, páginas 331-366. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, julio-diciembre 2013. FAMILIA SANTANA, José Israel.. Deshabitar el mal para habitar en el ethos: un retorno al sí mismo. Trabajo de grado para optar al título de Licenciado en Filosofía y Letras. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, 2021. ROMO P. Waldo, La conciencia moral, mediación de la salvación. En Teología y Vida, volumen 42, números 1-2; páginas 172-201. Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, 2001. 

10 Papa JUAN PABLO II. Carta Encíclica Redemptoris Missio sobre la permanente validez del mandato misionero. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 1990. . CONCILIO VATICANO II. Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium Luz de las Gentes. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 1965. MAZA, Carlos. Cristo y las culturas. Desafíos de la teología pop. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2024. SPADARO, Antonio. Ciberteología: pensar el cristianismo en tiempos de la red. Herder. Barcelona, 2914. PEREZ TAPIAS, José Antonio. La universalidad del cristianismo en la multiplicidad de las culturas. En Proyección número 43; páginas 83-94. Facultad de Teología de Granada, 1996. TORRES QUEIRUGA, Andrés. Diálogo de las religiones y autocomprensión cristiana. Sal Terrae. Santander, 2005. GUTIERREZ MERINO, Gustavo. Hablar de Dios en América Latina desde los socialmente insignificantes. En Revista Latinoamericana de Teología número 65; páginas 103-116. Universidad Centroamericana José Simeón Cañas UCA. San Salvador, 2005.

11 Efesios 1: 13

12Efesios 3: 10 

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Comunitas Matutina 7 de julio de 2024

COMUNITAS MATUTINA 7 DE JULIO 2024 

DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

“Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo sanar a unos pocos enfermos a quienes impuso las manos”
(Marcos 6: 5)

Lecturas:
1. Ezequiel 2: 2-5
2. Salmo 122
3. 2 Corintios 12: 7-10
4. Marcos 6: 1-6

Desde que se firmaron los acuerdos de paz con las FARC – octubre de 2016 – hasta hoy – comienzos de julio de 2021 – han sido asesinados en Colombia más de 900 líderes sociales, hombres y mujeres surgidos de comunidades vulnerables y dedicados generosamente a su servicio, promoviendo paz, reconciliación, reconocimiento de las víctimas del conflicto armado, recuperación de las tierras arrebatadas por los violentos, generación de organizaciones comunitarias, realizando un liderazgo representativo para que su gente tenga voz ante los organismos de decisión, denunciando también a los responsables de delitos contra la vida y los bienes de sus representados. 1

Son ellos la gente buena y esforzada que no persigue intereses mezquinos, lo suyo es el servicio y la solidaridad. Su trabajo cuestiona a los violentos de siempre, a los que carecen de sentido humanitario y sólo van en busca del poder y del enriquecimiento, sin ponderar con criterios éticos los medios de los que se valen para lograr sus fines. También su denuncia incluye al establecimiento gubernamental, cuando este no se compromete suficientemente a hacer presencia efectiva del estado en las regiones más vulneradas por la pobreza, la injusticia, y la violencia. 2

Estos líderes sociales tienen un talante profético porque con su trabajo están anunciando una manera nueva de vida en paz, en justicia, en comunidades reconciliadas, denunciando todo lo que contraría este proyecto. Son profetas que no son acogidos en su tierra. A pesar del rechazo exponen su seguridad y dan lo mejor de sí mismos para mantener vigente su empeño solidario. Esta es una historia de siempre en la humanidad, de todos los rincones del mundo nos llegan noticias de persecución, de asesinato, de violencia hacia quienes sólo tienen en la mira una mejor vida para sus comunidades. 3 El recuerdo de líderes como Gandhi, Luther King, San Oscar Romero, son testimonios del vigor de la profecía de la vida y del escozor que su relato liberador causa en los responsables de la cultura de la muerte. 4

Así le sucedió a Jesús, es imposible no cotejar lo que acontece a estos líderes con lo acontecido a él. Surgido de la vida simple, austera, de su hogar humilde con José y María, hombre del común, sabedor de pobrezas e injusticias en su pueblo, en él va aconteciendo la novedad de un Dios que no se resigna al desorden establecido, lo prepara en los años ocultos de Nazareth, discreta y silenciosamente, su biografía no tiene nada de extraordinario, en esa pequeñez se va fraguando la profecía decisiva para anunciar a la humanidad que Dios no es el origen del conformismo ni de los males que hacen sufrir a tantos seres humanos, ni es señor de la muerte y del sin sentido. 5

La profecía bíblica genuina es anunciadora de la novedad salvadora de Dios, plena garantía para asegurar el sentido definitivo de la existencia humana, dando esperanza para ese futuro hacia el que nos dirigimos al pasar el límite de la muerte, pero también anticipándose en signos efectivos de justicia y de dignidad mientras transitamos por la historia.

El profeta experimenta el llamado y, desde un comienzo, sabe que su misión le acarreará incomprensiones y conflictos: “Penetró en mí el espíritu mientras me estaba hablando y me levantó poniéndome de pie, y oí al que me hablaba. Me decía: hijo de hombre, yo te envío a Israel, pueblo rebelde: se rebelaron contra mí ellos y sus padres, se sublevaron contra mí hasta el día de hoy”. 6 La gente llamada “normal” generalmente rechaza a todo lo que se sale del molde, los que ahora en estos tiempos de protesta han dado en autodenominarse “gente de bien”, se indignan cuando surgen los profetas que ponen el dedo en la llaga invitando a la sociedad a tomar posición crítica ante las incoherencias e injusticias de lo establecido. Así sucedió con los profetas bíblicos, 7 así con Jesús, así con nuestros líderes sociales; cuando se proponen novedades de fondo los que están cómodos con el poder se alteran y emprenden su cruzada disolvente para silenciar la palabra de la vida.

El verdadero profeta sabe que su ministerio es provocador de amor y esperanza para los que tienen hambre y sed de justicia, de odio para los que no soportan el carácter insobornable de la verdad. Jesús nunca se presentó como un funcionario del sistema religioso oficial del judaísmo de su tiempo, es el profeta por excelencia, movido por el Espíritu de Dios. El evangelio de Marcos – del que se toma el texto de este domingo – es enfático en señalar el aspecto doloroso y conflictivo del ministerio de Jesús, no hay en el relato nada que llame a triunfalismo o espectacularidad, este evangelista se esfuerza en señalar el “secreto mesiánico”, condición por la cual Jesús no persigue un liderazgo de tipo de mundano o de notoriedad religiosa: “Un sábado se puso a enseñar en la sinagoga. Muchos al escucharlo comentaban asombrados: De dónde saca este todo eso? Qué clase de sabiduría se le ha dado? Y, qué hay de los grandes milagros que realiza con sus manos? No es este el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago y José, Judas y Simón? No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas? Y esto era para ellos un obstáculo”. 8

En Nazareth no le creyeron, no lo aceptaron, no pudo ser profeta en su tierra. Sus paisanos le conocen desde niño, creen que saben todo sobre él, sobre su familia, no se dejan sorprender por sus palabras, por su testimonio, están cerrados al misterio que hay en él, se resisten a descubrir en él la cercanía salvadora de Dios. Están muy seguros con su sinagoga, con su culto y con sus tradiciones, si lo aceptan se les complica la vida y se exponen a ser juzgados como herejes.
A propósito, cómo es nuestra imagen de Jesús? Es un Dios funcional, legitimador de la conciencia tranquila, confortable, que da soporte a lo establecido, que justifica las cosas con apariencia de buenas cuando en realidad son contradicciones para el proyecto del Padre? De la respuesta a esa pregunta depende nuestra fe, el ejercicio de la vida, las decisiones, la autenticidad y el riesgo profético, o la religiosidad conformista y acomodada.

Los líderes sociales a los que nos referimos con indignación eran y son personas también comunes y corrientes, surgidos de las mismas condiciones de sus comunidades, nada de especial en ellos, su pasión por la dignidad de sus paisanos es la marca diferencial. Por eso los persiguen, los acosan, los matan, porque los violentos van en contra de quienes surgen del común con pretensiones inadmisibles de justicia y de humanidad. 9

Jesús fracasa en Nazareth: “Jesús les decía; a un profeta solo lo desprecian en su tierra, entre sus parientes y en su casa. Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo sanar a unos pocos enfermos a quienes impuso las manos. Y se asombraba de su incredulidad”, el dicho hace carrera en todos los rincones del mundo: nadie es profeta en su tierra. Pero él no se desanima, a pesar de la contradicción permanece firme en su misión: “Después recorría los pueblos vecinos enseñando”. 11

Le creemos a Jesús? Le creemos a nuestros profetas? Le creemos a nuestros líderes sociales? Le creemos a la paz, a la justicia, a la reconciliación? Tomamos en serio a Dios? O son para nosotros, las cosas que surgen de El, locuras, idealismos imposibles de realización, asuntos propios de mentes insensatas? Jesús provoca rupturas y conflicto al encontrarse con él, la vida en adelante no podrá ser ni pasiva ni resignada, seguir su camino no puede convertirse en una práctica religiosa individualista y desentendida de la realidad.

El evangelio de Marcos, surgido en una comunidad primitiva perseguida y agobiada, nos presenta reiteradamente el fracaso de Jesús y el escándalo de su cruz, que desafía a los sabios y a los sensatos. 12 El Jesús de Marcos habla de mesianismo crucificado, esto resulta inaceptable para sus discípulos y sus coterráneos, y para los bien conocidos hombres religiosos de su tiempo. Lo que les habla Jesús no es coherente con lo que ellos conocen de él, bien expresado con las preguntas que se hacen al oírlo en la sinagoga, son incapaces de captar el “más allá” de Jesús, no pueden entender que en ese carpintero, el hijo de María, un hombre discreto y de origen humilde, acontece Dios de modo definitivo para dar vida y esperanza a todos los seres humanos. 13

Probablemente estos vecinos de Jesús, cansados de malas noticias y de decisiones políticas y religiosas que no los favorecían, sienten que es imposible que haya una buena noticia liberadora, se han habituado a la fatalidad del mal en sus vidas, no tienen cabeza para entender que Dios se aproxima en Jesús con ropaje común, como uno más: “quien a pesar de su condición divina, no hizo alarde de ser igual a Dios, sino que se vació de sí y tomó la condición de esclavo, haciéndose semejante a los hombres”. 14 Y lo más desconcertante: en ese Jesús anonadado, desposeído de gloria y vanidad, acontece la plenitud salvadora de Dios para la humanidad.

Reconocemos a Dios, a Jesús, en la historia real de la humanidad? En nuestros campesinos, en nuestros líderes sociales, en lo común de la cotidianidad, en los clamores de humanidad, de vida digna, de sentido, de razones para la esperanza?

El testimonio de Pablo es elocuente para comprender esta sorpresa de la contradicción de Dios: “Y me contestó: te basta mi gracia, la fuerza se realiza en la debilidad. Así que muy a gusto me gloriaré de mis debilidades , para que se aloje en mí el poder de Cristo. Por eso estoy contento con las debilidades, insolencias, necesidades, persecuciones y angustias por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. 15

 Antonio José Sarmiento Nova, SJ 

BIBLIOGRAFÍA

1 CONSEJERÍA PRESIDENCIAL PARA LOS DERECHOS HUMANOS Y ASUNTOS INTERNACIONALES. Informe de homicidios contra líderes sociales y defensores de derechos humanos 2020. Presidencia de la República. Bogotá, 2021. MOE MISION DE OBSERVACION ELECTORAL & INSTITUTE FOR MULTIPARTY DEMOCRACY. Un país sin líderes no es un país: Informe anual 2020 sobre violencia contra líderes políticos, sociales y comunales. MOE. Bogotá, 2021.

2 ORJUELA ESCOBAR, Luis Javier. La debilidad del estado colombiano en tiempos del neoliberalismo y del conflicto armado. En https://www.revistas.uniandes.edu.co/doi/pdf/10.7440/colombiaint-49-50.2000.05 AHUMADA, Consuelo. El modelo neoliberal y su impacto en la sociedad colombiana. El Áncora Editores. Bogotá, 1996. 

3 ZULUAGA COMETA, Héctor Alejandro & INSUASTY RODRÍGUEZ, Alfonso. Por la vida hasta la vida misma: líderes sociales en riesgo (Colombia). En Revista El Ágora Universidad de San Buenaventura Medellín volumen 19 número 2, páginas 313-321 julio-diciembre 2019.

4 RICCARDI, Andrea. El siglo de los mártires. Encuentro. Madrid, 2009. LUTHER KING, Martin. Tengo un sueño. Nóstica Editorial. Amazon, 2009. LÓPEZ MARTÍNEZ, Mario. No violencia: teoría acción política, experiencias. Educatori. Granada, 2012. PONTARA, Giuliano. Gandhi, el político y su pensamiento. En https://www.scielo.conicyt.cl/polis/v15n43/art_02.pdf BROCKMAN, James R. Monseñor Romero: la biografía del mártir de América. Sal Terrae. Santander, 2016.

5 PAGOLA, José Antonio. Jesús, aproximación histórica. PPC. Madrid, 2009. De este texto sobre Jesús, ampliamente divulgado, recomendamos la lectura y estudio del capítulo IV Profeta del Reino de Dios, páginas 83-113. GNILKA, Joachim. Jesús de Nazaret, mensaje e historia. Herder. Barcelona, 1993.

6 Ezequiel 2: 2-3.

7 CENTRO BÍBLICO VERBO DIVINO. Los profetas, hombres de Dios y del pueblo. En https://www.centrobiblicoquito.org/images/taller-biblico/Taller_biblico_6.pdf

8 Marcos 6: 2-3 

9 CASAS ANDRÉS, Roberto. Dios pasó por El Salvador: la relevancia teológica de las tradiciones narrativas de los mártires salvadoreños. Desclée de Brower. Bilbao, 2009. HERNÁNDEZ PICO, Juan. El martirio hoy en América Latina: escándalo, locura y fuerza de Dios. En revista Concilium número 183 páginas 366-375. Verbo Divino. Estella, 1983. MOLTMANN, Jürgen. El Dios crucificado. Sígueme. Salamanca, 2002.

10 Marcos 6: 3-5

11 Marcos 6:6

12 PIKAZA, Xabier. Comentario al Evangelio de Marcos. Editorial Clie. Barcelona, 2010. MARCUS, Joel. El Evangelio según Marcos: comentario. Sígueme. Salamanca, 2010. 

13 CARBULLANCA NÚÑEZ, César & DE SOUZA NOGUEIRA, Paulo Augusto. Cristología del Evangelio de Marcos. En Theologica Xaveriana volumen 67 número 184 páginas 333-359. Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Teología. Bogotá, 2017. CASTRO SÁNCHEZ, Secundino. El sorprendente Jesús de Marcos: el Evangelio de Marcos por dentro. Desclée de Brower. Bilbao, 2010. MATEOS, Juan & CAMACHO, Fernando. El evangelio de Marcos: análisis lingüístico y comentario exegético. El Almendro. Córdoba, 2001.

14 Filipenses 2: 6-7

15 2 Corintios 12: 9-10

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Comunitas Matutina 30 de junio de 2024

COMUNITAS MATUTINA 30 DE JUNIO 2024 

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

“Pero Jesús, sin tener en cuenta esas palabras, dijo al jefe de la sinagoga: no temas, basta que creas”
(Marcos 5: 36)

Lecturas:
1. Sabiduría 1: 13-15
2. Salmo 29
3. 2 Corintios 8:7-13
4. Marcos 5: 21-43

No es posible construir un proyecto de vida serio sin tener en cuenta la realidad inevitable de muestra condición humana frágil y contingente. Este es el ámbito en el que se cultiva la eterna pregunta del ser humano por lo definitivo, si todo este cúmulo de precariedades acaban por disolver en nosotros la ilusión de vivir, si la muerte es la que determina nuestra existencia, si esta precariedad nos pone ante las puertas del fracaso y del sufrimiento irreversibles. Eso nos aterra, y cobra particular relevancia cuando somos nosotros o nuestros seres queridos los afectados por tales evidencias, que en cada momento de la historia revisten formas particulares. 1

La fragilidad es inherente a nosotros, no depende de nosotros evitarla, aunque de modo legítimo hagamos denodados esfuerzos para mitigar su impacto . De modo culminante lo reconocemos en la muerte, “esta señora muerte que se va llevando todo lo bueno que en nosotros topa”, como reza el poema “Señora muerte” de León de Greiff. 2 Muchas manifestaciones de la precariedad provienen del egoísmo sistemático de unos seres humanos que se encarnizan contra sus semejantes creando estructuras de injusticia, justificando guerras y saqueos, haciendo de la violencia su argumento para someter al prójimo. Cada uno de nosotros, desde los propios relatos de vida, puede escribir la biografía de su devenir precario, también mirando con sensibilidad encarnada las grandes tragedias que afectan la humanidad en todos los tiempos de la historia. 3

Qué decir ? Como ya lo hemos propuesto en anteriores reflexiones de COMUNITAS MATUTINA, debemos dar la razón a Albert Camus 4 cuando afirma que el único problema filosófico verdaderamente serio es el suicidio? 5 Nos sumergimos así en una noche oscura sin esperanza ni redención? Veamos qué nos proponen las lecturas bíblicas de este domingo. Ellas afirman que nos alienta una esperanza fundante y encarnada en la realidad, para nosotros apuesta definitiva de trascendencia y de sentido pleno de la vida. 6

Desentrañamos el texto de Marcos 5:21-43, que nos propone hoy la Iglesia. Los milagros, como los dos que refiere, son las señales del nuevo orden de vida que irrumpe con Jesús, es el Reino de Dios y su justicia, con su empeño de reivindicar la dignidad humana ofendida y humillada por el mal, por la misma religión judía, por la pobreza, por la enfermedad, por el pecado. 7 Aquí subyace une profunda y esperanzadora teología de la vitalidad de Dios comunicada por Jesús, que en este caso se tipifica en la mujer agobiada por una hemorragia incontenible 8 y por la confiada solicitud de Jairo, líder de la sinagoga, que implora a Jesús la curación de su hija en peligro de muerte. 9 Son dos mujeres en plena condición frágil, también en expectativa de vida y de salud. 

La mujer del flujo permanente, llamada hemorroísa en algunas de las traducciones castellanas de los evangelios, está marcada por la impureza ritual y legal; siguiendo las normas establecidas en ese contexto, la suya es una enfermedad vergonzosa: “Se encontraba allí una mujer que desde hacía doce años padecía de hemorragias…..Como había oído hablar de Jesús, se le acercó por detrás y tocó su manto, porque pensaba: con solo tocar su manto quedaré curada. Inmediatamente cesó la hemorragia, y ella sintió en su cuerpo que estaba curada de su mal”. 10 Jesús reivindica la dignidad de esta mujer, no se fija en su impureza legal sino en su clamor de reconocimiento y en la profunda confianza que manifiesta al buscar la sanación. Jesús la acredita como un nuevo ser humano, la restablece como mujer: “Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz, y queda curada de tu enfermedad”. 11

Jairo, dirigente de la sinagoga, caracteriza el desencanto del pueblo ante la institución religiosa judía, esta no sana, impone pesadas cargas pero no transmite sentido de vida y esperanza. Ese judaísmo del tiempo de Jesús no conduce a la vida; la hija de Jairo, imagen del pueblo, está abocada a la muerte. Este hombre busca en Jesús una alternativa que considera garantía de salud: “Todavía estaba hablando, cuando llegaron unas personas de la casa del jefe de la sinagoga y le dijeron: tu hija ya murió, para qué vas a seguir molestando al Maestro? Pero Jesús, sin tener en cuenta esas palabras, dijo al jefe de la sinagoga: no temas, basta que creas”. 12 El relato marca un contraste entre la decepción de muchos de sus contemporáneos ante el Templo de Jerusalén, rígida entidad cerrada a los clamores populares, y la saludable oferta de Jesús, que no repara en el escepticismo de quienes le rodeaban: “Tu hija ya murió…..” 13 sino en la confianza manifestada por este dirigente judío abierto a la novedad de la Buena Noticia: “No temas, basta que creas”. 14

Sus contemporáneos, incluyendo a sus propios discípulos, desconfían de Jesús, de su anuncio de vida, de su decisiva confianza en el Padre. Por eso invita a tres de sus seguidores – Pedro, Santiago, Juan – para que sean testigos de la curación de la niña: “Y sin permitir que nadie lo acompañara, excepto Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago, fue a casa del jefe de la sinagoga. Allí vio un gran alboroto, y gente que lloraba y gritaba. Al entrar les dijo: por qué se alborotan y lloran? La niña no está muerta, sino que duerme”. 15 Curiosamente, esos mismos discípulos están presentes en los relatos de la transfiguración y en la oración en el huerto, antes del prendimiento, y en ambas escenas se duermen. Ese sueño es un símbolo elocuente: rechazan la posibilidad de la muerte cruenta de Jesús. En cambio, él trata de enseñarles que el camino hacia la Vida es la muerte dramática, que ya le es inminente, pero estos no aceptan, como la mayoría de los judíos, que esa sea la alternativa. Para que aprendan que èl es la imagen de un Dios que da vida, los lleva consigo. Con esta conducta les está indicando que la vieja sinagoga, el viejo templo, no son alternativas de salvación, que está entrando en la historia de la humanidad la novedad redentora del amor definitivo de Dios, y que él, Jesús de Nazareth, debe asumir las consecuencias dolorosas de su postura crítica ante esa religión oscurecida por la ceguera de sus leyes y de sus rituales.

También a nosotros nos llegan los miedos y los escepticismos, hacemos de ellos “zona de confort”, nos instalamos en la falsa seguridad de una religión cómoda, cumplidora de normas, carente de profecía y de vitalidad teologal, desentendida de los dramas de tantos seres humanos que buscan confiadamente , como la hemorroísa y como Jairo, una respuesta en el Evangelio de Jesús. 16 La desbordante confianza de los pobres y humildes nos da una lección de ruptura liberadora, ellos dejan atrás las estructuras inertes, moribundas, de esa religiosidad formal, para ingresar en el universo de vida arrasadora que Jesús trae.

A lo largo de su historia, la Iglesia en algunos momentos se ha paralizado ante los retos de la realidad, que exige respuestas nuevas y encarnadas para los constantes requerimientos del ser humano; tensión dialéctica entre el carisma-profecía y la institución, con el reto de fondo que es la fidelidad a Dios y al ser humano, como el mismo Jesús lo anunció. La Iglesia, nuestra Iglesia, si quiere seguir siendo la Iglesia de Jesús, tendrá que salir al encuentro del Maestro, rompiendo esas ataduras que frenan su dinamismo evangelizador: “Una auténtica fe – que nunca es cómoda e individualista – siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra”. 17 Este es el esfuerzo de la profecía y de los profetas en el desarrollo eclesial: trabajar con denuedo para que el carisma original del Señor Jesucristo se mantenga vigente, para que el aspecto institucional de la Iglesia se ponga siempre al servicio del Evangelio.

La propuesta de Jesús se inscribe plenamente en una cultura de la vida, en un apasionado compromiso con la dignidad y con la libertad de todos los seres humanos. Desde la paternidad de Dios se afirma nuestra vocación de trascendencia, que se realiza haciendo de esta realidad, un escenario donde se promueva y defienda la vida en todas sus manifestaciones. El Dios que nos revela Jesús tiene como prioridad la vitalidad constante y creciente de todas sus creaturas: “El ha creado todas las cosas para que subsistan; las creaturas del mundo son saludables, no hay en ellas ningún veneno mortal y la muerte no ejerce su dominio sobre la tierra. Porque la justicia es inmortal”. 18 Pablo, en 2 Corintios 8: 7-9 y 13-15, segunda lectura , invita a resolver con generosidad el problema de la injusticia y de la desigualdad, señal dolorosa de la cultura de la muerte, y pone como referente principal de esta iniciativa al mismo Jesús: “No se trata de que ustedes sufran necesidad para que otros vivan en la abundancia, sino de que haya igualdad. En el caso presente, la abundancia de ustedes suple la necesidad de ellos, para que un día la abundancia de ellos supla la necesidad de ustedes. Así habrá igualdad”. 19

El abajamiento de Jesús, la ausencia en él de toda arrogancia y poderío humano, son signo de la total solidaridad de Dios con la humanidad sumida en el desconcierto de la injusticia y del egoísmo, la invitación a su seguimiento es optar por ese mismo estilo de vida, en el que el prójimo sea determinante para construir comunidades de mesa compartida, de fraternidad sin ambigüedades, de justicia gozosa, indicativos de una esperanza real, inserta en los mejores ideales de humanidad con espíritu: “Ya conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, que , siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza”. 20 En el felicísimo misterio de la encarnación de Dios, Jesús lo visibiliza a El y también a nosotros, los humanos, toma modo frágil y nos redime para que esta inevitable precariedad histórico-existencial-biológica adquiera para siempre condición de eternidad.

BIBLIOGRAFÍA

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[2] Medellín 1895, Bogotá 1976. Uno de los grandes poetas de Colombia y América Latina.

[3] Les recomendamos ver el dramático documental “Gaza después del 7 de octubre” (en francés). Lo encuentran en www.cinemut¡ns.com Asì mismo les recomendamos “Human a documentary”, documental que encuentran en You Tube, con subtítulos en castellano.

[4] 1913-1960

[5] Así lo plantea Camus en su libro de 1942 “El mito de Sísifo”. El autor, representante de la filosofía del absurdo reflexiona sobre la insignificancia de la vida humana, a partir de su lectura del mito griego de Sísifo condenado a subir una pesada piedra, cuando se aproxima a la cumbre el peso lo devuelve, sometiéndolo a iniciar repetidas veces el penoso ascenso.

[6] GRONDIN, Jean . Hablar del sentido de la vida. En Utopía y Praxis Latinoamericana volumen 17 número 56 páginas 71-78. Universidad del Zulia. Maracaibo, enero-marzo 2012. BUENO, Gustavo. El sentido de la vida. En https://www.fgbueno.es/med/dig/gb96sv6.pdf ADLER, Alfred. El sentido de la vida. Biblioteca libre Omegalfa, 2018 (Ediciòn electrónica). FRANKL, Viktor. El hombre en busca de sentido. Herder. Barcelona, 2006.

[7] LATOURELLE, René. Milagros de Jesús y teología del milagro. Sígueme. Salamanca, 1997. PELÁEZ DEL ROSAL, J. Los milagros de Jesús en los evangelios sinópticos. Verbo Divino. Estella, 1984. ALEGRE, Xavier. Entrada “Milagro” en  FLORISTÁN, Casiano & TAMAYO, Juan José. Conceptos fundamentales del cristianismo. Trotta. Madrid, 1993; páginas 788-794. LEON-DUFOUR, Xavier. Los Milagros de Jesús. Cristiandad. Madrid, 1979. FRANKL, Viktor & LAPIDE, Pinchas. Bùsqueda de Dios y sentido de la vida: diálogo entre un teólogo y un psicólogo. Herder. Barcelona, 2005.

[8] Marcos 5: 25-34

[9] Marcos 5: 22-24 y 35-43

[10] Marcos 5: 25 y 27-29

[11] Marcos 5: 34 . SIDGWICK, Emma. Entre el límite y el umbral: el borde en el motivo cristiano temprano de la hemorroísa. En https://www.scielo.org.mx/pdf/tods/n29/n29a5.pdf ESTEVEZ LOPEZ, Elisa. El poder de una mujer creyente: cuerpo, identidad y discipulado en Marcos 5: 25-34. Verbo Divino. Estella, 2003. SIERRA, Angela María & VELEZ, Olga Consuelo. Curar y levantar los cuerpos femeninos: una lectura desde la hermenéutica crítica feminista. En Theologica Xaveriana volumen 62 número 173. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2012.

[12] Marcos 5: 35-36

[13] Marcos 5: 35

[14] Marcos 5: 36

[15] Marcos 5: 37-39

[16] TELLO, Luz Marina. Mujeres sanadas por Jesús. Trabajo de grado para optar al título de Magister en Teología. Universidad Pontificia Bolivariana. . Medellín, 2013. VILLA BETANCOURT, Ana Cristina. Jesùs y las mujeres: encontrarlo, seguirlo, ser sus testigos. En https://www.laici.va/content/dam/laici/documenti/donna/teologia/espanol/jesu_s-y-las-mujeres-encontrarlo-seguirlo-ser-sus-testigos.pdf CALDUCH BENAGES, Nuria. El perfume del evangelio: Jesùs se encuentra con las mujeres. Verbo Divino. Estella, 2008. BIANCHI, Enzo. Jesùs y las mujeres. Una insòlita visión del mundo femenino a través de las palabras de Jesùs. Lumen. Buenos Aires, 2008. PIÑERO SÀENZ, Antonio. Jesùs y las mujeres. Trotta. Madrid, 2014. RAMOS GONZÀLEZ, Marifè. Las mujeres en el Evangelio de Lucas. Aula de Teologìa de la Universidad de Cantabria. Santander, 10 de noviembre de 2009.

[17] PAPA FRANCISCO. Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium La Alegría del Evangelio, número 183. Paulinas. Bogotá, 2013.

[18] Sabiduría 1: 13-15

[19] 2 Corintios 8: 13-14

[20] 2 Corintios 8: 9

 Antonio José Sarmiento Nova, SJ 

Comunitas Matutina 23 de junio de 2024

COMUNITAS MATUTINA 23 DE JUNIO 2024 

DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

““Después les dijo: por qué tienen miedo? Cómo no tienen fe? Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?”
(Marcos 4: 40-41)

Lecturas:
1. Job 38: 1-11
2. Salmo 106
3. 2 Corintios 5: 14-17
4. Marcos 4: 35-41

En todos los momentos de la vida, individual y colectiva, existen amenazas que atentan contra la paz y la armonía de la humanidad, contra su buen ser y su bienestar. 1 Es una manifestación incontrovertible de nuestra inevitable fragilidad: siempre hay tendencias contrarias a la felicidad. Las de estos tiempos están en las eternas crisis económicas, las amenazantes determinaciones de gobiernos que proponen cambios negativos en asuntos tan sensibles como los servicios de salud, los derechos pensionales y laborales, la educación, violencias tan persistentes como las guerras en Ucrania y en Gaza, inaceptables desde todo punto de vista , crisis y sentimientos de temor desde aquellos que son explosión de la desesperanza, dolorosa respuesta a los continuos sinsabores de la vida, pasando también por los momentos de sufrimiento personal, cuando la inevitable fragilidad toma proporciones desoladoras, hasta el encerramiento en tragedias sin retorno. Son enfermedades sociales que ponen a muchas de nuestras colectividades y prójimos en unidad de cuidado intensivo. 2 

Es innegable que tantas situaciones negativas asustan, crean un sentimiento colectivo de miedo y angustia, inciden en el incremento de las enfermedades mentales, desestabilizan los modos y proyectos de vida de muchos en el mundo. 3 Pero más allá de esto, estamos ante una explosión de vida que no se resigna al fracaso, es la profecía del sentido definitivo de la existencia como reacción y resistencia a esa cultura de la muerte.

También el mal moral, el pecado, es fuente de grandes miedos e inseguridades. No en vano solemos decir que no se puede dormir tranquilamente cuando la conciencia nos reclama serias responsabilidades en este sentido. Angustia y remordimiento para quien lo comete, sufrimiento y sentimiento de ofensa para quien lo padece. En el ámbito católico el sacramento de la penitencia-reconciliación es remedio para las conciencias, misericordia de Dios mediada en la Iglesia, consuelo para el penitente, vuelta a la paz interior, recuperación del gozo de vivir, superación de los temores. 4 

Cómo hablar de esperanza en estos tiempos de crisis? Cómo motivar para vivir una esperanza real, encarnada en la historia, con capacidad de movilizar el sentido de la vida y de influír constructivamente para modificar el curso negativo de estos acontecimientos? 5 Sobre las diversas respuestas que se dan a esta cuestión de fondo, asunto prioritario en la agenda del bien común, hay que someter a juicio crítico los mesianismos políticos y religiosos que manipulan las carencias del pueblo para lograr rendimientos electorales y proselitistas en sus respectivas cofradías. Son muchos los falsos profetas, los que prometen redención de la pobreza y la corrupción y, una vez, en el poder, dan la espalda a quienes los eligieron dedicándose a resolver sus intereses de partido. O el caso de los predicadores apocalípticos que asustan con imágenes de un Dios mágico que pasa costosas cuentas de cobro a sus creyentes. 6 

Las lecturas de este domingo son una invitación al análisis crítico de estas realidades, a hacer conciencia de nuestros miedos, y a la búsqueda de una esperanza activa, arraigada en la realidad, dinámica, innovadora, creativa: “Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. Lo despertaron y le dijeron: Maestro! No te importa que nos ahoguemos? Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: silencio! Cállate! El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo: por qué tienen miedo? Cómo no tienen fe?”

El relato surge en medio de las dificultades que vivían las comunidades cristianas primitivas en el imperio romano. El mar simboliza el peligro, amenaza para quienes viven cerca de él, por ahí se aproximan los perseguidores. La comunidad, aún escasa y débil, es como la nave sometida al ímpetu de la tempestad. Muchos pierden la fe y naufragan ante las presiones de ese medio tan hostil. El texto es un recuerdo de que Jesús nunca ha abandonado, ni abandonará, la barca de la humanidad, de la Iglesia. Esta certeza da sentido y solidez a la fe de la comunidad. 8 

Sea esta Palabra una oportunidad para hacernos conscientes de todo aquello que nos amenaza: nuestros propios fantasmas, los imaginarios que tenemos de sometimiento, las personas que nos han agredido, la injusticia que padecemos, los miedos que nos invaden, el complejo de inferioridad, los factores externos de pobreza, inseguridad económica, vacío emocional. Caemos en el pesimismo y nos resignamos a perder la felicidad? Capitulamos ante tantos argumentos negativos? Nos refugiamos en una religiosidad de culpas y angustias? Sentimos que somos merecedores de estos “castigos”? La genuina espiritualidad cristiana, la que se desprende de la experiencia original de Jesús, es una alternativa liberadora, nos propone creer en Dios y en la humanidad puestos de pie, frente altiva, mirada transparente, coraje, disposición para la lucha, temple y fortaleza: “Por eso, nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie con criterios puramente humanos; y si conocimos a Cristo de esa manera, ya no lo conocemos más. El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente”.

Con frecuencia los discípulos de Jesús no le entendían su mensaje de esperanza plena y de dignidad, quedaban perplejos ante algunas de sus palabras, se mantenían atados a su condición de creyentes del judaísmo legalista y ritual, tampoco captaban sus reflexiones sobre las contradicciones a las que estaba expuesto por la claridad de sus denuncias, vislumbrando lo que el evangelista Marcos considera como un mesianismo crucificado, esto último les aterraba. 10 Es decir, se escandalizaban ante la posibilidad de un fracaso de las pretensiones de su maestro. Esto se refleja en el texto: “Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: quien es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?” 11 No terminaban de entenderle porque sus mentes estaban atadas a otros modelos religiosos que no coincidían con el proyecto de Jesús.

Qué nos dicen lo uno y lo otro? La serenidad y el vigor de Jesús ante las inseguridades de sus discípulos? En qué nos parecemos y en qué tomamos distancia? Cómo es la calidad de nuestra fe? No vamos a presumir de valientes e intrépidos ante las dificultades que nos presenta la vida, todos experimentamos temores e incertidumbres. Pero se impone revisar a fondo nuestra actitud creyente y someterla a proceso crítico con la misma clave de Jesús, si nuestra fe es acomodada a un establecimiento jurídico-ritual, si nos incomoda lo que interrogue estas seguridades religiosas, si no admitimos el aspecto dramático-crucificado de la vida de Jesús.

De todo esto se deriva una invitación al realismo, lo vemos como una consecuencia de la encarnación de Dios en nuestra humanidad, en nuestra realidad, en el aspecto doloroso de la misma, en las muchas cruces a las que estamos expuestos los humanos. En la primera lectura del libro de Job, se dice que el Señor le contesta desde una tempestad, recurso frecuente para hablar de las manifestaciones de Dios en el Antiguo Testamento: “El Señor respondió a Job desde la tempestad diciendo: quién es ese que oscurece mi designio con palabras desprovistas de sentido? Ajústate el cinturón como un guerrero: yo te preguntaré y tú me instruirás”. 12

Ante la desconfianza de Job, Dios le está demostrando lo que es capaz de hacer por él para frenar todas las adversidades que lo aquejan. Job es símbolo de paciencia, resistencia y discernimiento del sentido mismo de la crisis, vive varias etapas en su proceso, la protesta ante la injusticia que lo aflige, la dependencia del consejo de sus amigos que lo incitan al desencanto frente a Dios, el paulatino reconocimiento de su precariedad y, en lo mismo, el surgimiento de la esperanza y del realismo creyente. 13 Dios lo interpela haciéndole caer en la cuenta de que El es el Señor de la historia. Las dificultades de la vida no son derrota para quien lo tiene como su principio y fundamento, de esto dan testimonio narrativas heroicas de hombres y mujeres que hicieron frente a la contradicción, incluyendo la ofrenda cruenta de su vida, corroborando con ello ese señorío y el temple profundo que los habilitó para no perder la batalla: el mismo que procede del Señor Jesús.

 Antonio José Sarmiento Nova, SJ 

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2 RIVAS GARCÍA, Ricardo Marcelino. La crisis del humanismo: una revisión y rehabilitación de los supuestos del humanismo cristiano ante los desafíos del antihumanismo contemporáneo. En Franciscanum volumen LXI número 172; páginas 1-28. Universidad de San Buenaventura. Bogotá, 2019. FROMM, Erich. El corazón del hombre: su potencia para el bien y el mal. Fondo de Cultura Económica FCE. Ciudad de México, 1995.

3 UNAMUNO, Miguel de. Del sentimiento trágico de la vida. Austral. Barcelona, 1956. GARCÍA-ALANDETE, Joaquín. GALLEGO-PÉREZ, José Francisco.

4 RAMOS REGIDOR, José. El sacramento de la penitencia. Reflexión teológica a la luz de la Biblia, la historia y la pastoral. Sígueme. Salamanca, 1975. LITURGIA PAPAL. Ritual de la Penitencia. En https://www.liturgiapapal.org/attachments/article/844/Ritual%20de%20la%20Penitencia.pdf FLÓREZ, Gonzalo. Penitencia y Unción de Enfermos. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1993. PAPA JUAN PABLO II. Carta Apostólica Misericordia Dei sobre algunos aspectos del sacramento de la penitencia. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2002. BOROBIO, Dionisio. La penitencia como proceso. De la reconciliación real a la reconciliación sacramental. San Pablo. Madrid, 2004.

5 MOLTMANN, Jürgen. Esperanza y planificación del futuro. Sígueme. Salamanca, 1987. ESTEVA, Gustavo. La crisis como esperanza. En Bajo el Volcán volumen 8 número 14 páginas 17-53. Universidad Autónoma de Puebla, 2008. NUSSBAUM, Martha C. La monarquía del miedo: una mirada filosófica la crisis política actual. Paidós. Barcelona, 2019. KABAT-ZINN, Jon. Vivir con plenitud las crisis. Kairós. Barcelona, 2009. MARINA, José Antonio. Anatomía del miedo. Un tratado sobre la valentía. Anagrama. Barcelona, 2006. 

6 MAHER, Mónica (coordinadora). Fundamentalismos religiosos, derechos y democracia. FLACSO. Quito, 2019. BELAUNDE MATOSSIAN, Francisco. Fundamentalismo religioso y política. Konrad Adenauer Stitfung. Lima, 2020. ALONSO TEJADA, Aurelio. Hegemonía y religión: el tiempo del fundamentalismo. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales CLACSO. Buenos Aires, 2009.

7 Marcos 4: 37-40

8 SOLHAUNE, Liliana. Jesús en la barca. En https://www.surco.org/sites/default/files/cuadmon/solhaune_0.pdf SICRE, José Luis. El Evangelio de Marcos. Verbo Divino. Estella, 2020. GNILKA, Joachim. El evangelio según San Marcos (dos volúmenes). Sígueme. Salamanca, 1999.MARCUS, Joel. El Evangelio según Marcos (dos volúmenes). Sígueme. Salamanca, 2010. CENTRO BIBLICO VERBO DIVINO. Estudio orante del evangelio de Marcos. Verbo Divino. Quito, 2011. PIKAZA, Xabier. Evangelio de Marcos. La Buena Noticia de Jesús. Verbo Divino. Estella, 2012. MATEOS, Juan & CAMACHO, Fernando. El Evangelio de Marcos. El Almendro. Córdoba, 1993. AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. La persecución en el cristianismo primitivo. En Revista Latinoamericana de Teología número 37, páginas 11-42. Universidad Centroamericana José Simeón Cañas UCA. San Salvador, 1996. GIL ARBIOL, Carlos. Los orígenes del cristianismo. En Almogaren número 49, páginas 163-193. Centro Teológico de Las Palmas. Palma de Gran Canaria, 2009. AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. Así empezó el cristianismo. Verbo Divino. Estella, 2015. SAENZ, Alfredo. La Nave y las tempestades. Gladius. Madrid, 2005. MARTIN DE LA HOZ, José Carlos. Breve historia de las persecuciones contra la Iglesia. Rialp. Madrid, 2015. 

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10 CARBULLANCA-NÚÑEZ, César. DE SOUZA NOGUEIRA, Paulo Augusto. Cristología del evangelio de Marcos. En Theologica Xaveriana volumen 67 número 84; páginas 333-359. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, julio-diciembre 2017. j GONZALEZ FAUS, José Ignacio. Locura y escándalo: un Mesías crucificado y una historia marcada por la cruz. En https://www.scielo.br/pteo/a/ms5HGMf4TPqmKrCWh8sCj3d?lang=es VERNOLA, Pablo. Marcos 8: 27-33: una propuesta de identidad para discípulos en tiempo de crisis. En Revista Bíblica número 82; páginas 99-121. Asociación Bíblica Argentina. Buenos Aires, 2020.

11 Marcos 4: 41. 

12 Job 38: 1-3

13 MORLA, Víctor. El libro de Job: recóndita armonía. Verbo Divino. Estella, 2004. ARENS, Eduardo. Job, o la teología desde la dignidad humana. En Theologica Xaveriana volumen 60 número 170 páginas 371-394. Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, 2010. GUTIERREZ MERINO, Gustavo. Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente. CEP. Lima, 1986. QUEZADA, Javier. El libro de Job: una drama psicológico en forma de panel. En Revista Iberoamericana de Teología número 2, páginas 33-68. Universidad Iberoamericana. Ciudad de México, enero-junio 2006. RAMOS , Alejandro. Job y el sentido del sufrimiento. Universidad Fasta. Mar del Plata, 2018. MAUREIRA PACHECO, Max. Disolución política de la teología: comentarios al libro de Job. En https://www.uv.es/sfpv/quadern_textos/v35p119-132.pdf SANZ GIMENEZ-RICO, Enrique. Job y Qohelet: el dolor y la muerte. En https://www.repositorio.comillas.edu/rest/bitstreams/28436/retrieve CARBAJOSA, Ignacio. Job sienta a Dios en el banquillo. Sobre el sufrimiento inocente. En https://www.it.clonline.org/cm-files/2017/07/18/carbajosa_giobbe:jot_down_spa.pdf

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Hablemos de la proximidad de Dios

Ser testigo del Evangelio no significa simplemente testimoniarlo ante el mundo, sino ser capaz de captar los testimonios que de él hay por todas partes. El Evangelio está de pie, y vivo, pendiente sólo de que venga alguien que lo vea y se asombre. 

Lo increíble es que Dios está mucho más cerca de lo que imaginamos. Basta abrir una puerta o una ventana y podemos encontrarlo; basta abrir los ojos o hacer silencio durante unos minutos. Nunca nos acostumbraremos a la proximidad de Dios: a su impregnarlo todo, todo…, a su no imponerse nunca, nunca… 

Me asusta pensar que Dios está aquí, en el papel sobre el que ahora escribo, ¡y hasta en la tinta! Que está en mi mano mientras la muevo en este instante, en mis ojos que miran lo que he escrito, en el viento que sopla esta noche y cuyo sonido tanto se parece al de hace dos noches. EL OLVIDO DE SÍ, Pablo d’Ors, Galaxia Gutenberg, 2024, p. 300-301

P. José Raúl Arbeláez SJ – Equipo CIRE Ampliado

Comunitas Matutina 16 de junio de 2024

COMUNITAS MATUTINA 16 DE JUNIO 2024 

DOMINGO XI DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

“También dijo Jesús: A qué se parece el reino de Dios o con qué podremos compararlo? Es como una semilla de mostaza que se siembra en la tierra. Es la más pequeña de todas las semillas del mundo, pero una vez sembrada crece y se hace mayor que todas las otras plantas del huerto, con ramas tan grandes que hasta las aves pueden posarse bajo su sombra”
(Marcos 4: 30-32)

Lecturas:
1. Ezequiel 17: 22-24
2. Salmo 91
3. 2 Corintios 5: 6-10
4. Marcos 4: 26-34

Recientemente ha fallecido el notable teólogo Jurgen Moltmann, 1 miembro de la Iglesia Evangélica Luterana de Alemania, pastor de su congregación, docente e investigador que benefició al cristianismo del siglo XX y de esta parte del XXI con valiosas obras 2 que ahora hacen parte del patrimonio universal del pensamiento cristiano. Su fecunda obra tiene la marca de la TEOLOGÌA DE LA ESPERANZA, 3 que así se titula su más importante escrito; publicado en 1966 este texto surge en la postguerra europea, principalmente en una Alemania que fue devastada por dos guerras mundiales en las que resultó perdedora y enjuiciada por la mayoría de naciones. La esperanza es el asunto nuclear de nuestra fe que abordan desde diversas ópticas las lecturas bíblicas que la Iglesia propone para este domingo.

El profesor Moltmann vivió en carne propia la crudeza de la segunda guerra mundial cuando fue obligado, como muchos jóvenes alemanes de la época, a enrolarse en las fuerzas militares del régimen nazi. En sus memorias relata que no hizo un solo disparo. Al concluir la contienda fue hecho prisionero por los ingleses en un campo de concentración en Bélgica en el trienio 1945-1948. De su testimonio de esa época data la convicción de haber perdido la esperanza en la cultura alemana que promovió la barbarie del asesinato masivo de judíos y de otros grupos étnicos y religiosos, en siniestros lugares de muerte como Auschwitz, Birkenau, Buchenwald. Es un tiempo europeo de ruinas espirituales, morales, físicas, económicas. Muchos jóvenes como él, es perfectamente comprensible, se desencantaron y entraron en profundas crisis espirituales y emocionales. A Moltmann le llegó la gracia por la amistad con un capellán que le obsequió un ejemplar del Nuevo Testamento y lo invitó a hacer parte de un grupo de cristianos que se reunían para alimentar su fe, orar y comentar las Escrituras. En este contexto surge su interés por formarse como teólogo y pastor siguiendo las pautas de la llamada Iglesia Confesante, segmento muy importante del luteranismo alemán que se opuso férreamente a la demencia de Hitler y del nazismo. Así, entendemos mejor ese formidable aporte suyo a la teología y a la espiritualidad, una formulación teológica desde la esperanza. 4 Al rendir homenaje a su memoria no podemos menos que ayudar a hacer vigente su experiencia espiritual y su juiciosa actividad como maestro de la fe, teología que en su momento animó a muchos a surgir de las ruinas con la mirada puesta en el Crucificado-Resucitado, legado que también ha de prolongarse hasta estos países nuestros de América Latina, nuestra Colombia, tan severamente afectados por injusticias, violencias, y desgobiernos sin fin. Con los mismos ojos de solidaridad miramos también al amplio mundo de seres humanos desilusionados por fracasos afectivos, soledades, caída de sus ídolos, decepción ante ideologías e instituciones, frustraciones de toda índole, vacíos de significado. Para todos-as ellos-as es el anuncio de la esperanza que porta el Señor Jesús.

La fuerza teológica y espiritual del trabajo de Moltmann reside en su vigorosa confianza en el Dios Crucificado 5 a quien Dios ha Resucitado y constituido Señor de la historia y Salvador de la humanidad. Esta es la raíz de su esperanza, la misma que nos mantiene desde hace siglos y que en cada momento de la historia reviste su modo particular para trascender las crisis y desencantos que causan los desafueros del poder y de las tragedias que el ser humano emprende contra sus semejantes: “Por eso tenemos siempre confianza. Sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos como en el destierro, lejos del Señor. Ahora no podemos verlo, sino que vivimos sostenidos por la fe; pero tenemos confianza y quisiéramos más bien desterrarnos de este cuerpo para ir a vivir con el Señor. Por eso procuramos agradar siempre al Señor, ya sea que sigamos viviendo aquí o que tengamos que irnos”. 6 En la formulación de esta teología moltmanniana hay una potente conexión entre la esperanza histórica y la apertura al futuro definitivo de Dios, la trascendencia plena del ser humano y de su historia. Por eso, algunos de los autores y pensadores de la teología de lo político y de la teología de la liberación tienen en Moltmann a uno de sus inspiradores. Un anuncio del Dios que se nos revela en Jesucristo pasa por una historia comprometida con las grandes causas de justicia y dignidad del ser humano, siempre abiertas a esa plenitud de los cielos nuevos y la nueva tierra: “Yo, el Señor, digo: también yo voy a tomar la punta más alta del cedro; arrancaré un retoño tierno de la rama más alta, y yo mismo lo plantaré en un monte muy elevado, en el monte más alto de Israel. Echará ramas, dará fruto y se convertirá en un cedro magnífico. Animales de toda clase vivirán debajo de él, y aves de toda especie anidarán a la sombra de sus ramas. Y todos los árboles del campo sabrán que yo soy el Señor”. 7

Fieles a Dios y al ser humano, fieles a la trascendencia definitiva y a la realidad histórica, en el mejor espíritu de la encarnación de Dios, la esperanza cristiana se afianza en el mundo, en los contextos de la humanidad, y aporta su jerarquía de valores para la construcción de un mundo justo y equitativo siempre proyectado a la plena consumación de la historia en el futuro de Dios, “Pues en Cristo quiso residir todo el poder divino, y por medio de él Dios reconcilió todo el universo ordenándolo hacia él, tanto lo que está en la tierra como lo que está en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que Cristo derramó en la cruz”. 8

En el análisis de la realidad, en el discernimiento de la misma, siempre estamos llamados a leer los signos de los tiempos 9 y a interpretarlos en clave creyente para responder con seriedad evangélica y humana a los desafíos que nos plantean los seres humanos en la diversidad de medios sociales en los que se desenvuelven, muchos de ellos con clamores de sentido y de justicia verdaderamente abrumadores. El anuncio de la Buena Noticia de Jesús debe ser responsable con el Evangelio y con el ser humano que lo acoge y busca en él significado y salvación. Esto es determinante en la configuración de la esperanza que procede del Señor Jesucristo.

Podemos apropiar el sentido de las dos sencillas parábolas que nos trae hoy el Evangelio de Marcos en esta óptica de la esperanza. Cuando Jesús, en el transcurso de su ministerio público, hizo del Reino de Dios el contenido central de su predicación, se fijó precisamente en seres humanos profundamente necesitados de ella, abatidos por mil causas que conocemos bien, se hizo portador del sentido teologal de la vida, siendo él mismo ese sentido, visibilizó al Dios misericordioso y compasivo, y alentó a esos entrañables prójimos suyos con el espíritu de las bienaventuranzas y con la preferencia amorosa del Padre para todos esos a quienes el “mundo” despreciaba ingresándolos ahora en la mesa del Reino. La pequeñez de sus vidas, de sus realidades sociales y domésticas, la toma Jesús como el germen de una nueva manera de ser – ese mismo Reino – cargado de posibilidades y de razones para una existencia plena: “Jesús dijo también: Con el reino de dios sucede como con el hombre que siembra semilla en la tierra; que lo mismo da que esté dormido o despierto, que sea de noche o de día, la semilla nace y crece, sin que él sepa cómo. Y es que la tierra produce por sí misma: primero el tallo, luego la espiga y más tarde los granos que llenan la espiga. Y cuando ya el grano está maduro, lo recoge, porque ha llegado el tiempo de la cosecha”. 10

Sean estas reflexiones una invitación al discernimiento juicioso de la sencillez pero también densidad de las señales del Reino, advirtiendo en lo oculto y discreto las potencialidades de la esperanza. La propuesta cristiana tiene que ser mucho más que repeticiones rituales, aquí lo que bulle es el Espíritu derramando sus dones y su vitalidad para que el Reino de Dios sea la raíz de nuestros proyectos de vida, germen de la nueva manera de ser que nos trae Jesús y garantía de una vida que valga la pena, una vida que supera el empobrecedor pragmatismo de las “programaciones” a las que nos somete un sistema que sólo sabe de domesticar mentes y de absolutizar poderes, riquezas, ideologías, consumos, liderazgos deleznables. Es el ser humano nuevo que nace con Jesús y en Jesús, sin pretensiones de fama y llamativas manifestaciones de “importancia”, quien sigue este camino toma también el estilo de sobriedad y moderación propio de quien se sabe relativo, de quien tiene puesta su confianza en Dios sin renunciar al ejercicio de su libertad y de su responsabilidad: “Tenemos confianza en Dios, porque sabemos que si le pedimos algo conforme a su voluntad, El nos oye. Y así como sabemos que Dios oye nuestras oraciones, también sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido”. 11

El Reino de Dios no acontece de modo espectacular, es de su esencia la discreción, el “bajo perfil”, que no por oculto es menos eficaz y capaz de hondas transformaciones en quien se deja tomar por su gracia: “Es la más pequeña de todas las semillas del mundo, pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las otras plantas del huerto, con ramas tan grandes, que hasta las aves pueden posarse bajo su sombra”. 12 Se dan así las mejores condiciones para cultivar esta esperanza, actitud que nos habilita para ser gestores de nuestra historia, para asumir la vida en la gratuidad de Dios, para ser nosotros narrativas del nuevo mundo que surge con el Evangelio, para trabajar a tiempo y a destiempo en esta apasionante tarea de llenar de sentido la vida de nuestros semejantes. 13
 
Antonio José Sarmiento Nova, SJ 

BIBLIOGRAFÍA

1 1926-2024

2 Teologìa de la Esperanza; 1966; El Dios crucificado, 1972; La Iglesia, fuerza del Espìritu, 1975; El hombre. Antropologìa cristiana en los conflictos del presente, 1971; El experimento esperanza, 1976; Un nuevo estilo de vida, 1981; Etica de la esperanza, 2011; Cristo para nosotros hoy, 1997; En el fin, el principio, 2004; Trinidad y Reino de Dios, 1980; con Eckhart Lor publicò Esperanza para un mundo inacabado, 2017. La venida de Dios: escatologìa cristiana, 2004. La Editorial Sìgueme de Salamanca (España) tiene publicadas en su catàlogo casi todas las obras de J. Moltmann.

3 MOLTMANN, Jurgen. Teologìa de la Esperanza. Sìgueme. Salamanca, 1972. 

4 CORDOVILLA PEREZ, Angel. Jurgen Moltmann. Aula de Teologìa de la Universidad de Cantabria. Santander, 2 de febrero de 2010. MONDIN, Battista. La teología de la esperanza hoy. En https://www.seleccionesdeteologia.net/assets/pdf/095_02.pdf BROWN, Stepehn. Cincuenta años despuès de la Teologìa de la Esperanza , la visión de Jurgen Moltmann sigue siendo fuente de inspiración. En https://www.oikoumene.org/es/news/50-years-after-theology-og-hope-jurgen-moltmanns-vision-continues-to-inspire BLOCH, Ernst. El principio esperanza. Aguilar. Madrid, 1980 (3 volùmenes). FLECHA ANDRES, Josè Ramòn. La esperanza cristiana en el ocaso de las utopías. En Salmanticensis número 60, páginas 17-42. Universidad Pontificia de Salamanca, 2013. GARCÌA GOMEZ-HERAS, J.M. Introducciòn: Un éxodo personal hacia la utopía En MOLTMANN, Jurgen & HURBON, Laennec. Utopìa y esperanza: diálogo con Ernst Bloch. Sìgueme. Salamanca, 1980. 

5 MOLTMANN, Jurgen. Teologìa de la Esperanza. Sìgueme. Salamanca, 1982; El experimento esperanza. Sìgueme. Salamanca, 1977; Esperanza y planificación del futuro. Sìgueme. Salamanca, 1971.
MOLTMANN, Jurgen. El Dios Crucificado. Sìgueme. Salamanca, 1999; El camino de Jesucristo: cristología en dimensiones mesiánicas. Sìgueme. Salamanca, 1993. BELTRÀN, Juliàn Andrès. Jurgen Moltmann : una aproximación a la teología de la cruz. En El Agora , volumen 13, número 1; páginas-243-260. Universidad de San Buenaventura. Medellìn, enero-junio 2013. HERNANDEZ DÌAZ, Heyner. La teodicea, el pathos de Dios y el Crucificado en la teología de la cruz de J. Moltmann. En Veritas número 40; páginas 121-144. Pontificio Seminario Mayor San Rafael. Valparaìso, agosto de 2018. CASALI, Vìctor. Teologìa de la Cruz de J. Moltmann. Universidad Adventista del Plata. Buenos Aires, 2017.

6 2 Corintios 5: 6-9

7 Ezequiel 17: 22-24.

8 Colosenses 1: 19-20.

9 CHENU, Marie Dominique. Los signos de los tiempos. En https://www.centromanuellarrain.uc.cl/images/pdf/textos/Chenu.SignosTiempos.pdf MERINO BEAS, Patricio. Discernir los signos de los tiempos. Perspectiva cristológica y pneumatològica. En Franciscanum volumen L, número 150; páginas 13-32. Universidad de San Buenaventura. Bogotà, septiembre-diciembre 2008. GONZALEZ CARVAJAL, Luis. Los signos de los tiempos. El Reino de Dios està entre nosotros. Sal Terrae. Santander, 1987. NOEMI, Juan. En búsqueda de una teología de los signos de los tiempos. En Teologìa y Vida volumen 48 nùmero 4; páginas 439-447. Pontificia Universidad Catòlica de Chile. Santiago, 2007. SCHICKENDANTZ, Carlos. Autoridad teológica de los acontecimientos históricos. En Teologìa volumen L número 115; páginas 157-183. Pontificia Universidad Catòlica Argentina. Buenos Aires, 2014; Signos de los tiempos: sentido y vigencia de una forma de proceder teológicamente. En Albertus Magnus volumen 9 nùmero 2; páginas 87-106. Universidad de San Tomàs. Bogotà, julio-diciembre 2018.

10 Marcos 4: 26-29 

11 1 Juan 5: 14-15.

12 Marcos 4: 31-32

13 PAPA BENEDICTO XVI. Carta Encìclica La Esperanza que Salva Spe Salvi. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2007. BYUNG CHUL-HAN. El espíritu de la esperanza. Herder. Barcelona, 2024. GALILEA, Segundo. Espiritualidad de la esperanza. Publicaciones Claretianas. Madrid, 1988. ZUBIRI, Xavier. Las fuentes espirituales de la angustia y de la esperanza. En https://www.redicces.org.sv/jspui/bitstream/10972/3406/1/RLT-1991-022-G.pdf CASTRO CAVERO, Josè Manuel. La esperanza: fundamentos antropoteològicos. En Almogaren número 24, páginas 153-162. Centro Teològico de Las Palmas. Palma de Gran Canaria, 1999. LAÌN ENTRALGO, Pedro. Antropologìa de la Esperanza. Guadarrama. Barcelona, 1978. RAMOS GONZALEZ, Marifè. La fe esperanzada: còmo podemos recuperar su dinamismo? Aula de Teologìa de la Universidad de Cantabria. Santander, 18 de febrero de 2014. 

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Hablemos de los hábitos

Nuestros hábitos determinan si estamos dispuestos a escuchar cuando nuestro hijo está tratando de comunicarse y si estamos cuidando correctamente de nuestros cuerpos y nuestras mentes a medida que envejecemos. Nuestros hábitos determinan si llevamos toda nuestra inteligencia a lo que hacemos y si somos capaces de disfrutar de la belleza y el misterio del momento. 

Si queremos vivir una vida en la que seamos fieles a nosotros mismos, en que recordemos lo que más nos importa y expresemos nuestra creatividad y nuestro amor natural, tenemos que examinar nuestros hábitos con honestidad. 

Los hábitos son como las corrientes que crean los lechos de los ríos: con un flujo constante de agua, los lechos se convierten en cauces profundos. Y, sin embargo, si se redirige el flujo, los ríos pueden ser desviados. La neuroplasticidad hace que esto sea posible: las rutas del cerebro (incluidos los cauces de los hábitos que afectan a nuestro bienestar) se pueden alterar según la forma en que dirijamos nuestra atención. 

A donde va la atención, fluye la energía. Es esencial que nuestra conciencia atenta guíe este flujo de tal manera que nos ayude a alcanzar nuestro pleno potencial. EL HÁBITO DEL AQUÍ Y AHORA. Como el mindfulness puede ayudarte a acabar con los hábitos no saludables de una vez por todas, Hugh G. Byrne, Sirio, 2016, p. 10

P. José Raúl Arbeláez SJ – Equipo CIRE Ampliado