Hablemos de una pandemia mas vieja que el COVID

¿Cómo se sostiene una sociedad en la que todos saben que prácticamente nada funciona? Desde los teléfonos públicos que no sirven para hacer llamadas hasta los puentes que no sirven para ser usados y los funcionarios públicos que no sirven para atender a las personas y las fuerzas armadas que no sirven para defender la vida de los ciudadanos y los jueces que no sirven para juzgar y los gobiernos que no sirven para gobernar y las leyes que no sirven para ser obedecidas, el espectáculo que brindaría Colombia a un hipotético observador bienintencionado y sensato sería divertido si no fuera por el charco de sangre en que reposa. Cualquier colombiano lo sabe: aquí nada sirve a un propósito público. Aquí sólo existen intereses particulares.

El colombiano sólo concibe las relaciones personales, sólo concibe su reducido interés personal o familiar, y a ese único fin subordina toda su actividad pública y privada. Palabras como “patria” causan risa en Colombia, y los únicos seres que creen en ellas, los soldados que marchan cantando hacia los campos de guerra, son inocentes víctimas que lo único que pueden hacer por la patria es morir por ella.

Todos los demás tienen montado un negocio particular. Y lo más asombroso es que el estado mismo es el negocio particular de quienes lo administran a casi todos los niveles. ¡Ay del que pretenda llegar a moralizar o a dar ejemplo en semejante sentina de apetitos! ¡Ay del funcionario que intente trabajar con eficiencia, cuando todos los otros derivan su seguridad de una suerte de acuerdo tácito para entorpecerlo todo y para permitir que el Estado no sea más que un organismo perpetuador del desorden y de la ineficiencia social! ¿DÓNDE ESTÁ LA FRANJA AMARILLA?, William Ospina, Literatura Random House, 2015, p. 15-16

P. José Raúl Arbeláez SJ – Equipo CIRE Ampliado

Comunitas Matutina 5 de mayo de 2024

COMUNITAS MATUTINA 5 DE MAYO 2024 

DOMINGO VI DE PASCUA CICLO B 

““Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que le es grata cualquier persona que le ama y practica la justicia, sea de la nación que sea”
(Hechos 10: 34)

Lecturas:
1. Hechos 10: 25-48 (se recomienda leer todo el capítulo desde el comienzo para captar la historia del centurión Cornelio)
2. Salmo 97
3. 1 Juan 4: 7-10
4. Juan 15: 9-17

El don de Dios es para todos los seres humanos, ; es su iniciativa universal de salvación, de plenitud de sentido, realidades que El ofrece a través de Jesucristo. Las páginas de los relatos evangélicos y las enseñanzas de los apóstoles, contenidas en el Nuevo Testamento, son reflejo de esta intencionalidad. La práctica de Jesús es de acogida, de inclusión, de compasión, misericordia, amoroso interés por cada ser humano que se encuentra con él. Penosamente, a lo largo de la historia, se ha utilizado el nombre de Dios para condenar, para clasificar en “dignos de salvación” e “indignos de salvación”, configurando posturas religiosas claramente discriminatorias y contrarias a la mente que se nos revela en el Señor Jesús. Gracias a Dios, es bien conocido el estilo suyo, que contraarresta todo tipo de elitismo de soberbia religioso-moral. 1 La oferta salvífica que Dios nos ofrece en Jesús marca una ruptura fundamental con el exclusivismo de la religión judía y, por extensión, con otras ofertas religiosas que solamente acogen a los suyos, por creencias o por cultura. Con él se inaugura un tiempo ecuménico, un tiempo en el que Dios propone el camino de Jesucristo como alternativa de plenitud y salvación, siempre referido a la libertad del “oyente de la Palabra”. 2

Estos días de Pascua son una excelente oportunidad para reflexionar sobre el ministerio de Jesús , su manera de reconocer la dignidad de las gentes vulneradas y vulnerables, el trato misericordioso dado a los pecadores, la formación de su grupo de discípulos-as tomándolos de las comunidades más humildes de Galilea, su intimidad con Dios que repetidas veces lo llevó a afirmar cosas como esta: “Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. No los llamo ya siervos porque el siervo nunca sabe lo que suele hacer su amo; a ustedes los he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre se lo he dado a conocer”. 3 Las lecturas que se nos ofrecen para este sexto domingo de Pascua contienen un mensaje esperanzador, de genuino significado ecuménico, en el sentido cristiano de este término.

Quien está “tomado” por el Espíritu es una persona que trasciende las fronteras establecidas por mentalidades cerradas, con serias dificultades para tener una mirada ecuménica de la vida y del acontecer salvífico de Dios. El relato que propone hoy el texto de Hechos de los Apóstoles es una preciosa narrativa pascual que tiene como punto de partida el contexto judío de ese tiempo en el que – como bien sabemos por la historia y por la interpretación bíblica – había una concepción exclusivista y excluyente de parte del judaísmo ortodoxo que no admitía salvación para quienes no hacían parte de esa comunidad de fe. El centurión Cornelio, protagonista del relato, es una intervención del Espíritu para que se abran mentes y corazones a las nuevas posibilidades abiertas por Jesús en materia de universalidad salvífica; este personaje es un recién convertido procedente del paganismo, hombre de fina sensibilidad espiritual: “El centurión Cornelio, hombre justo y temeroso de Dios, reconocido como tal por el testimonio de toda la nación judía, ha recibido de un ángel santo el aviso de hacerte venir a su casa y de escuchar lo que tú digas”. 4 Una clarísima consecuencia de la experiencia pascual reside en el paso cualitativo de la cerrazón judía a la apertura universal del cristianismo naciente.

El Papa Francisco, en su encíclica de 2020 “Fratelli Tutti”, 5 hace una juiciosa reflexión sobre lo que divide a la humanidad, con una propuesta de esperanza: cambiar el signo de una globalización excluyente a una cultura del diálogo y del encuentro, asumiendo la diversidad de lo humano como riqueza para construir una mejor humanidad; el Papa, naturalmente, parte de sus convicciones cristiano-católicas, como pastor de la Iglesia universal, consciente de que en ellas hay una indispensable apertura al ecumenismo y al diálogo entre las religiones. La etimología de “católico” es universal, universalidad, esta nota fundamental define a la Iglesia como una comunidad que, centrada en la persona del Señor Resucitado, es abierta a todos los humanos, con la intención de significar la comunión en la diversidad bajo la acción unificante del Espíritu: “Este enfoque, definitiva, reclama la aceptación gozosa de que ningún pueblo, cultura o persona puede obtener todo de sí. Los otros son constitutivamente necesarios para la construcción de una vida plena. La conciencia del límite o de la parcialidad, lejos de ser una amenaza, se vuelve la clave desde la que podemos soñar y elaborar un proyecto común. Porque “el hombre es el ser fronterizo que no tiene ninguna frontera”. 6 Nos parece muy oportuno recordar esto porque permanecen posturas que cierran puertas, que ponen excesivas condiciones para entrar a hacer parte de la comunidad, que presumen de ser un grupo privilegiado. El mismo Jesús lo enseña como elemento “sine qua non” de su camino: “Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”. 7

La pretensión del amor universal de Dios, mensaje central del evangelio de Juan que proclamamos este domingo, no se anda con rodeos, la propuesta de Jesús no establece límites, él rompe proféticamente con ese mundo cerrado, lleno de prejuicios, y hace evidente que tal novedad está dispuesta a incluír a todo ser humano. El relato de Hechos deja entrever leyes y mentalidades sacralizadas para los judíos, cuyo incumplimiento implicaba la declaración de impureza, como sanción, con la exigencia de someterse a las prácticas de purificación para salir del estado anormal causado por el contacto con el extranjero, pero también revela la novedad del Resucitado en cuanto a acogida y apertura: «Cuando Pedro entraba, salió Cornelio a su encuentro y cayó postrado a sus pies. Pedro lo levantó y le dijo: : levántate, que también yo soy un hombre. Mientras conversaba con él, entró y encontró a muchos reunidos. Pedro les dijo: ya saben ustedes que un judío tiene prohibido juntarse con un extranjero o entrar en su casa, pero Dios me ha hecho ver que no hay que llamar profano o impuro a ningún hombre”. 8  Todos los seres humanos tenemos igual valor ante Dios, no hay superioridades ni inferioridades de carácter esencial. La igualdad fundamental de todos en Dios es el ideal que plantea la Buena Noticia de Jesús! 9 : “Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que le es grata cualquier persona que le ama y practica la justicia, sea de la nación que sea”. 10

La nueva conciencia de Pedro a partir de su experiencia de Dios y de su encuentro con un hombre justo como Cornelio nos mueve a pensar en tantas exclusiones e injusticias que hemos cometido asignando a Dios la “responsabilidad” de ese exclusivismo, cuando es una decisión del pecado nuestro. Debemos afirmar con humildad que hemos ido en contravía del Padre Dios y de la originalidad de Jesús. Conductas como estas no son ni humanas ni cristianas. La grata actitud de Pedro y de Cornelio nos habla de otro paradigma, el de la mesa compartida, el de la dignidad fundamental de todos los humanos, el de la inclusión y la fraternidad .

Así, el evangelio y la segunda lectura nos hablan de la iniciativa amorosa de Dios y de la invitación que El nos hace: “Como el Padre me amó, yo también los he amado; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor; 11 como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor” . El amor en sentido cristiano no es sinónimo de gratificaciones individuales, de caricias para calmar la conciencia, de sensiblerías; la oferta cristiana consiste en un amor vigoroso, en una disposición para donarse como Jesús, en la infatigable responsabilidad hacia el prójimo, en la ética de la solidaridad y de la comunión: “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por las personas que ama”, 12 y “Este es mi mandamiento, que se amen los unos a los otros como yo los he amado”. 13 Jesús, con la ofrenda amorosa de todo su ser, no está buscando “ganar puntos”, ni ser aplaudido. Lo suyo nace de Dios mismo, la iniciativa teologal es dar todo para que la humanidad sea bienaventurada, para que salga de la ignominia del desconocimiento . Jesús es el relato máximo de Dios, en el que renuncia a todo privilegio, incluso el de la conservación de su propia vida, para que el ser humano se vea asumido por la incondicionalidad de este amor.

El cristianismo no puede ser una religión de caridades ocasionales, de prácticas cultuales y piadosas desentendidas de la comunión fraterna, de beaterías egoístas. Estamos llamados a “permanecer” en el amor fundante y fundamental: “Queridos, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios; en que Dios envió al mundo a su hijo único, para que vivamos por medio de él” . 14 La conciencia de ser asumidos por un amor desbordante y gratuito, ha de acompañar todos los pasos de nuestra vida, para que nunca nos sintamos superiores a nadie, para que sepamos reconocer en cada persona un lenguaje de ese misterio de dignidad , para que no permitamos que nuestra libertad sea secuestrada por ideologías clasistas y por religiosidades excluyentes. “Lo que les mando es que se amen los unos a los otros”, 15 es lo que esclareció la mente y el corazón de Pedro para reconocer en Cornelio un prójimo universal, marcando la pauta cristiana de que todo ser humano, es poseedor de un valor esencial.
Antonio José Sarmiento Nova, SJ 

BIBLIOGRAFÍA

1 PAGOLA, José Antonio. Rasgos de la acogida de Jesús: curador de la vida, defensor de los últimos, amigo de los pecadores. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 17 y 24 de abril de 2007. POLANCO, Rodrigo. La Iglesia y la universalidad de la salvación en el cristianismo. En Teología y Vida volumen XLIV; páginas 423-443. Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, 2003. CONFERENCIA EPISCOPAL ALEMANA. A todos los pueblos su salvación. La misión de la Iglesia universal. En https://www.dbk.de/fileadmin/redaktion/veroeffentlichungen/deutsche-bischoefe/DB76es.pdf HERNANDEZ SOLÍS, Pablo Antonio. Por todos o por muchos? Una aproximación al tema de la universalidad de la salvación desde el relato de la institución de la eucaristía (Marcos 14:24; Par Mateo 26:28). Trabajo de grado para optar al título de Licenciatura Canónica en Teología. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, 2016. PÉREZ TAPIAS, José Antonio. Universalidad del cristianismo en la multiplicidad de las culturas. En Proyección número 43; páginas 83-94. Facultad de Teología de Granada, 1996.

2 CONCILIO VATICANO. Declaración sobre la Libertad Religiosa Dignitatis Humanae. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1993; páginas 649-673. CONCILIO VATICANO II. Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia Ad Gentes Divinitus. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1993; páginas 547-601. CONCILIO VATICANO II. Decreto sobre el Ecumenismo Unitatis Redintegratio. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1993; páginas 602-634. RAHNER, Karl. Oyente de la Palabra: fundamentos para una filosofía de la religión. Herder, 2017. PALACIO, Carlos. La “salvación en Jesucristo” en la reflexión teológica latinoamericana. En https://www.redicces.org.sv/jspui/bitstream/10972/1349/1/RLT-2001-053-B.pdf FERNANDEZ, Víctor Manuel. La acción universal de la tercera persona: otra “fenomenología del espíritu”. En Teología tomo XXXV número 71; páginas 141-157. Pontificia Universidad Católica Argentina. Buenos Aires, 1998.

3 Juan 15: 14-15. PAPA JUAN PABLO II. La autoridad de Pedro en la apertura de la Iglesia a los paganos. Audiencia general del miércoles 13 de enero de 1993.En https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/audiences/1993/documents/hf_jp-ii_aud_19930113.pdf TRIGO, Pedro. Apertura de la Iglesia al mundo actual según el Concilio Vaticano II. En https://www.redicces.org.sv/jspui/bitstream/10972/1110/1/RLT-1995-035-C.pdf PAPA JUAN PABLO II. Carta Encíclica Redemptoris Missio sobre La Permanente Validez del Mandato Misionero. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 1990.

4 Hechos 9: 22-23

5 PAPA FRANCISCO. Carta Encíclica Fratelli Tutti sobre la Fraternidad y la Amistad Social. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2020. AZCUY, Virginia Raquel. El desafío inclusivo de la espiritualidad desde Evangelii Gaudium y Fratelli Tutti. En Poliedro número 3 año 1, páginas 284-293. Universidad San Isidro. Buenos Aires, 2020. PRIETO SANTANA, María Dolores. La encíclica Fratelli Tutti y el fundamento antropológico de la fraternidad. En Proyección: teología y mundo actual número 279; páginas 427-443. Universidad Loyola de Andalucía. Granada, 2020. CENTRO LOYOLA SAN SEBASTIÁN. Guía de lectura de Fratelli Tutti. En https://www.centroloyola.org/wp-content/uploads/2021/2021/07/Guia-de-lectura-de-Fratelli-tutti-ES.pdf CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO CELAM. Fratelli Tutti: meditaciones desde América Latina y el Caribe. Publicaciones Celam. Bogotá, 2020. NIETO VICENTE, Teófilo. La Fratelli Tutti como propuesta de un modelo de persona, sociedad e Iglesia. En Salmanticensis 68; páginas 459-487. Universidad Pontificia de Salamanca, 2021.

6 Encíclica Frattelli Tutti número 150.

7 Juan 15: 12-13

8 Hechos 10: 25-28

9 GEHMAN PEACHYE, Linda. Creados como iguales: mujeres y hombres a la imagen de Dios. Comité Central Menonita. New York, 2009. ETXEBERRIA, Xabier. Derechos humanos y cristianismo. Universidad de Deusto. Bilbao, 1999. DICASTERIO PARA LA DOCTRINA DE LA FE. Declaración Dignitas Infinita sobre la Dignidad Humana. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2024. HERVADA, Javier. La dignidad y la libertad de los hijos de Dios. En https://www.dadun.unav.edu/bitstream/10171/6488/1/IV-DIGNIDAD.pdf DE SOUSA SANTOS, Buenaventura. Si Dios fuese un activista de los derechos humanos. Trotta. Madrid, 2014. COMISION TEOLOGICA INTERNACIONAL. Dignidad y derechos de la persona humana. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 1983. BORGOÑO, Cristián. Cristianismo y Derechos Humanos. Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, 2018. GARCÍA ROJO, Jesús. Dignidad de la persona humana: perspectiva teológica. En https://www.revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/1950articulo.pdf

10 Hechos 10: 34-35

11 Juan 15:9-10

12 Juan 15:13

13 Juan 15: 12

14 1 Juan 4: 7-9

15 Juan 15: 17
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Hablemos de los beneficios de un Retiro Espiritual

[…] Padre Anselm, en el verano de 2009 usted tuvo la amabilidad de admitirme por una temporada en Müsterschwarzach para compartir la vida con los monjes. […] Recuerdo el enorme contraste que sentí en un primer momento entre la vida de su comunidad y mi propio estilo de vida cuando debí levantarme antes de las cinco de la mañana, orar cinco veces al día y compartir la mesa en silencio tres veces al día.

Antes de adaptarme a este ritmo y encontrarme conmigo mismo me sentía agotado. […] Agradezco mi permanencia en el monasterio pues me permitió reflexionar y ocuparme de los grandes temas existenciales que a menudo eludimos en nuestras vidas: la libertad, la muerte, la soledad y el sentido de la vida. […] Un aspecto que solemos olvidar cuando estamos inmersos en nuestra agitada vida urbana es lo que podría llamarse el arte de vivir. En el monasterio redescubrimos lo que significa comer bien y registrar los sabores de los alimentos, seguramente debido en parte al voto de silencio en la mesa.

[…] En una época en que todos tienen prisa y también yo la tengo a diario, no es fácil descubrir lo que es el arte de vivir. En la atmósfera del jardín del claustro descubrí, entre otras cosas, que a veces debo calmarme para percibir a fondo el ritmo de mi vida. Si se aprende a apreciar las pequeñas alegrías desaparece la incertidumbre con respecto a la vida. […] Tengo la impresión de que lo que usted, padre Anselm, y su comunidad pueden ofrecerme a mí y a muchos otros es de vital importancia para nuestro mundo.

Si nosotros estamos rotos, no podremos reparar un mudo roto. Sin componentes sostenibles no puede haber redes sostenibles. Pertenecemos a los componentes significativos del sistema ecológico superior y nuestros propios elementos esenciales constitutivos -alma, corazón y, sobre todo, espíritu- deben estar sanos, para que nuestro mundo pueda sanar en forma sostenible. De ahí que considero que su trabajo no es sólo complementario respecto del mío, sino indispensable para el mío.  DIOS, EL DINERO Y LA CONSCIENCIA. Diálogo entre un monje y un empresario, Anselm Grün – Jochen Zeitz, San Pablo, 2012, p. 21-22

*Jochen Zeitz es un hombre de negocios que se desempeña como presidente, director ejecutivo y presidente de la junta directiva de Harley-Davidson, Inc. También es presidente de LiveWire Inc. Antes de eso, se desempeñó como presidente y director ejecutivo de Puma durante 18 años.

P. José Raúl Arbeláez SJ – Equipo CIRE Ampliado

Hablemos de la importancia de las vivencias como herramienta para madurar las decisiones

[…] Los Ejercicios Espirituales son un tiempo de experimentar para buscar, a las cuestiones vitales abiertas, una respuesta consistente que haga crecer la relación con la vida en su totalidad y, por tanto, también con Dios. […] A Michael le hacía sufrir la brecha social que había observado; entonces me dijo: “El próximo año me gustaría interrumpir los estudios y buscar trabajo de peón en una fábrica por dos años. ¿No te gustaría venir?” Todavía hoy me sigue sorprendiendo la rapidez de mi respuesta, porque normalmente tomar decisiones suele ser para mí una larga tortura. En seguida dije que sí, y ese “sí” cambiaría mi vida entera. […]

Cada jueves me presentaba ante la oficina con otros jornaleros, hasta que nos ofrecían trabajo. Además, me puse en contacto con el pequeño grupo alemán de sacerdotes obreros. También una vez, durante las vacaciones semestrales, Michael y yo encontramos trabajo juntos en una carbonería en Bottrop. Así se mantenía viva nuestra esperanza de llegar a fundar una pequeña comunidad de jesuitas insertos entre los trabajadores, compartiendo con ellos la vida en el trabajo y en el barrio.

[…] A veces las decisiones importantes requieren ser sometidas a prueba durante años con muchas experiencias que vayan purificando las motivaciones propias de otros intereses colaterales. Al comienzo, las decisiones propias están fundamentadas necesariamente más bien en teorías, que otras personas suelen percibir como ideologías. Luego son ya vivencias lo que se cuenta, que vuelven más comprensible el propio comportamiento y la necesaria búsqueda experiencial. DESCALZOS. Ejercicios en la calle, Christian Herwartz, S.J., Sal Terrae, 2007, p. 18-21

P. José Raúl Arbeláez SJ – Equipo CIRE Ampliado

Comunitas Matutina 28 de abril 2024

COMUNITAS MATUTINA 28 DE ABRIL 2024 

DOMINGO V DE PASCUA CICLO B 

“Yo soy la vida, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí nada pueden hacer”
(Juan 10: 5)

Lecturas:
1. Hechos 9: 26-31
2. Salmo 21
3. 1 Juan 3: 18-24
4. Juan 15: 1-8

Hoy, el evangelio es el muy conocido de la vida y los sarmientos 1 : “Permanezcan en mí como yo en ustedes. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vida, tampoco ustedes podrán si no permanecen en mí. Yo soy la vida, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, dará mucho fruto, porque separados de mí nada pueden hacer”. 2 Pensamos que la mejor manera de comentar este rico texto es hacerlo desde la concepción y práctica de la espiritualidad que es la vitalidad de Dios sucediendo dentro de un ser humano, agraciándolo, llenando su vida de trascendencia. La definición clásica de gracia de Dios es El habitando en una persona, transformándola constantemente, modelándola como un nuevo ser según el Espíritu de Jesús. 3 A este respecto, conviene recordar que Espíritu proviene del término latino “spiritus”, que significa soplo animador, hálito, aliento, respiración que da vida a toda la realidad; en la tradición filosófica equivale al griego “pneuma”, y en el lenguaje de la India a “prana”. Para nosotros, en el judeocristianismo, es el aliento de Dios llenándonos de su propia vida. Entonces, el texto que nos ocupa en este quinto domingo pascual, nos habla de la vida teologal que nos participa Jesús si estamos unidos a él. 4 Cuando nos referimos a alguien “con espíritu” queremos decir que es una persona animada, vital, creativa, emprendedora, contagiosa de sí misma para que otros tomen ese camino.

Cuando los discípulos de Jesús tuvieron la experiencia pascual hubo en ellos un cambio del ser, esto ya lo hemos comentado en las anteriores reflexiones de este tiempo pascual. Lo llamamos con palabra sofisticada “cambio ontológico”, es decir, el Espíritu del Señor Resucitado entró en ellos y los dispuso a una nueva manera de ser y de vivir, que conocemos bien. Esta es una experiencia prototípica de los “sarmientos unidos a la vida”, Jesús los renovó desde sus raíces. Este es el tope del ser cristiano, Jesús viviendo en nosotros, haciéndonos 100 % teologales.

Para comprenderlo mejor, hagamos una diferencia y luego establezcamos la relación entre fe, religión y espiritualidad. La fe es la confianza profunda en Dios, principio y fundamento de nuestro ser y proceder, es asumir que Dios es la garantía que acredita nuestra vida con sentido pleno, con la firme esperanza de que El sostiene nuestra vida: “Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos confianza total en Dios, y obtendremos de él todo lo que le pidamos, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y este es su mandamiento: que creamos en su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, según el mandamiento que nos dio”. 5 La religión es la mediación simbólica organizada que asume la relación humana con Dios a través de doctrinas y creencias, rituales y liturgia, normas de comportamiento y códigos éticos, comunidad de fe y liderazgo-pastoreo que la organiza y conduce: “Cuando salía para seguir su camino, vino uno corriendo y, arrodillándose delante de él, le preguntó: Maestro bueno, qué haré para heredar la vida eterna? Y Jesús le dijo: por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo uno: Dios. Tú sabes los mandamientos: no mates, no cometas adulterio, no hurtes, no des falso testimonio, no defraudes. Honra a tu padre y a tu madre”. 6 La espiritualidad es – lo hemos dicho antes – Dios viviendo en nuestra interioridad y haciéndonos como Jesús: “Quien guarda sus mandamientos, mora en Dios y Dios en él; y en esto conocemos que mora en nosotros: en que nos ha dado el Espíritu”. 7 Este trinomio es perfecto y completo si los tres elementos interactúan y se dan sentido el uno al otro en nuestro propio ser. Decimos esto porque es posible encontrar personas muy religiosas sin espiritualidad y viceversa, como pretenden ciertas tendencias y estilos propios del tiempo postmoderno. 8 O también la tendencia a un subjetivismo excesivo que pretende la fe como una relación directa con Dios sin la mediación religiosa y sin la comunidad creyente, una nueva manera de herejía gnóstica, como de “iluminados” que dicen ser bendecidos por Dios con revelaciones y conocimientos exclusivos para ellos. 9

Lo que queremos decir con la anterior distinción es que la relación con Dios y la gracia transformadora que El nos comunica funciona de maravilla con la interacción armónica entre las tres. El creyente (fe) expresa y celebra su confianza en Dios (religión) y explícitamente tiene experiencia de Dios (espiritualidad) que lo hace nuevo siguiendo como pauta decisiva la misma práctica del Señor Jesús. En el tópico que nos ocupa este domingo la jugada maestra es tener experiencia de Dios en Jesús, no limitarnos al simple cumplimiento de las formalidades religiosas, dejar que el Espíritu nos seduzca y llene nuestra existencia de significado a través de la oración, el discernimiento, las lecturas que alimenten este proceso, la meditación atenta de la palabra bíblica, buscando en ella luminosidad para nuestras decisiones, junto con la mirada a la realidad humana y social, la interpretación de los signos de los tiempos, el compromiso con el prójimo, principalmente el de aquel que carece de algo, la encarnación en el mundo. En todo ello estamos llamados a experimentar a este Dios que nos hace históricos y trascendentes, y nos conduce para ser seguidores de Jesús explícitos, decididos, en constante dinamismo de crecimiento y conversión: “Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán. La gloria de mi Padre está en que den mucho fruto, y sean mis discípulos”. 10

En nuevas tendencias religiosas y espirituales, típicas de la cultura postmoderna, se encuentran modelos inspirados en un excesivo subjetivismo e individualismo, que niegan la mediación eclesial-comunitaria de la fe, también afianzadas en una espiritualidad sin religión, en prácticas dedicadas a pedir favores a Dios y a implorar intervenciones milagrosas de El, en experiencias tipo nueva era que dan “caricias” al ego para que se “sienta bien”, muy parecidas a la iluminación que hace carrera con el “mindfulness”, en congregaciones fundamentalistas centradas en el liderazgo del pastor, dando la impresión muy fuerte de seguir al líder sin fijarse en Dios. Todas ellas con grupos significativos de gente ansiosa, sin capacidad para resolver sus carencias, con desarraigos notables, en desesperada búsqueda de un asidero para no naufragar en la vida. Dinámicas que no generan transformación ni novedad cualitativa en la existencia individual y comunitaria.

Karl Rahner 11, conocido jesuita alemán y notable teólogo, de gran influjo en el Concilio Vaticano II y en la teología contemporánea, decía que “el cristiano del futuro será un místico o no será cristiano” y completaba “sin la experiencia religiosa interior de Dios, ningún hombre puede permanecer siendo cristiano a la larga bajo la presión del actual ambiente secularizado”, y del Papa Benedicto XVI es esta expresión contundente: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”. Potentes reflexiones de dos cristianos eminentes del siglo XX que refuerzan el imperativo de la experiencia espiritual como caldo de cultivo de la genuina religión y del acto de fe en Dios: “Y este es su mandamiento: que creamos en su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros según el mandamiento que nos dio. Quien guarda sus mandamientos mora en Dios y Dios en él; y en esto conocemos que mora en nosotros: en que nos ha dado el Espíritu”. 12

Da mucho gusto ver la buena acogida que tienen autores de espiritualidad cristiana como Franz Jalics, 13 Joan Chittister, 14 Anselm Grün, 15 Thomas Merton, 16 Gustavo Gutiérrez, 17 Edith Stein, 18 Etty Hillesum, 19 Timothy Radcliffe, 20 Pedro Casaldáliga, 21 Arturo Paoli, 22 José María Castillo, 23 Carlo María Martini, 24 para quienes es fundamental “ser sarmientos unidos a la vid, alimentados por la vida”, siempre implicados existencialmente en la realidad, siguiendo el espíritu propio del misterio de la encarnación. Todos ellos invariablemente rezuman humanismo, evangelio, historia, cristocentrismo, mundo real, sensibilidad por lo divino y por lo humano, como el Señor Jesús, que en sí mismo contiene salvíficamente las dos dimensiones para plenitud y esperanza nuestras. 25 Escribir aquí sus referencias básicas quiere ser una contribución de COMUNITAS MATUTINA para quienes deseen alimentar su experiencia espiritual.

Los primeros discípulos y discípulas de Jesús, tomados con máxima intensidad por el Espíritu en la experiencia pascual, son la narrativa original de este estar unidos íntimamente a él, lo que San Ignacio de Loyola en sus ejercicios espirituales llama “conocimiento interno del Señor”, configuración afectiva y racional con él, con su mentalidad, con su estilo de vida, con su proyecto, con su realidad teologal y humana. Estar en esa dinámica es esencial para una apasionante experiencia dl ser cristiano: “Por aquel entonces las iglesias gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaría, pues crecían y progresaban en el amor del Señor, y estaban llenas de la consolación del Espíritu Santo”. 26

Antonio José Sarmiento Nova, SJ 

BIBLIOGRAFÍA

1 Vástago de la vid, largo, delgado, flexible y nudoso, de donde brotan las hojas, las tijeretas y los racimos. Así define “Sarmiento” el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

2 Juan 15: 4-5

3 MENKE, Karl-Heinz. Teología de la gracia: el criterio del ser cristiano. Sígueme. Salamanca, 2006. LADARIA, Luis F. Teología del pecado original y de la gracia. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1993. SANCHEZ SORONDO, Marcelo. La gracia como participación de la naturaleza divina según Santo Tomás de Aquino. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2021. RAHNER, Karl. Sobre la relación entre la naturaleza y la gracia. En IDEM. Escritos de Teología, Volumen 1. Dios-Cristo-María-Gracia. Taurus. Madrid, 1961; páginas 327-351; La gracia como libertad. Herder. Barcelona, 1972. LOPEZ AMAT, Alfredo. Sobre la gracia increada y la gracia creada. En Estudios Eclesiásticos número 64; páginas 71-79. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 1989. LÜKE, Ulrich. El mamífero agraciado por Dios. Sígueme. Salamanca, 2018.

4 WAAIJMAN, Kees. Espiritualidad: formas, fundamentos y métodos. Sígueme. Salamanca, 2011. SANTAMARÍA, T. La interioridad: un viaje al centro de nuestro ser. Desclée de Brower. Bilbao, 2013. ESPEJA PARDO, Jesús. Fieles a la tierra: la espiritualidad cristiana. San Esteban. Salamanca, 2005. BRACKLEY, Dean. Espiritualidad para la solidaridad: nuevas perspectivas ignacianas. UCA Editores. San Salvador, 2010. MARTÍN VELASCO, Juan de Dios. Espiritualidad y mística. SM. Madrid, 1994; El fenómeno místico: estudio comparado. Trotta. Madrid, 2009; La experiencia cristiana de Dios. Trotta. Madrid, 1995. BOFF, Leonardo. Espiritualidad: un camino de transformación. Sal Terrae. Santander, 2002. ESTÉVEZ, Elisa. Hombres y mujeres de espíritu en el siglo XXI. Universidad Pontificia de Salamanca, 2012. GUTIÉRREZ MERINO, Gustavo. Espiritualidad de la liberación. Sal Terrae. Santander, 2012. COUPEAU DORRONSORO, José Carlos. Religión, fe, teología y espiritualidad. En Estudios Eclesiásticos volumen 92 número 362; páginas 369-395. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 2017.

5 1 Juan 3: 21-23

6 Marcos 10: 17.20

7 1 Juan 3: 24

8 NAVARRO RAMOS, Jesús Arturo; ORTIZ ACOSTA, Juan Diego; FLORES SORIA, Darío. FUERTE, José Alejandro. Espiritualidad sin religión. Interioridad, jóvenes y creencias religiosas. Universidad de Guadalajara, 2019. CORBÍ, Mariano. Religión sin religión. PPC. Madrid, 1996. FUENTES , Leonides. La religiosidad y la espiritualidad son conceptos teóricos independientes? En Revista de Psicología volumen 14 número 28; páginas 109-119. Pontificia Universidad Católica Argentina. Buenos Aires, 2018. RAHNER, Karl. Curso fundamental sobre la fe. Herder. Barcelona, 1983. BRAVO LAZCANO, Carlos. El marco antropológico de la fe. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 1990.

9 INTROVIGNE, Massimo. La questione della nuova religiositá, il ritorno dello gnosticismo, y storia del New Age 1962-1992. Cristianitá. Piacenza, 1993. COSTADOAT, Jorge. El catolicismo ante la individualización. En Teología y Vida , volumen XLV; páginas 605-610. Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, 2004. JONAS, Hans. La religión gnóstica. El mensaje del Dios extraño y los comienzos del cristianismo. Siruela. Madrid, 2003. BELTRAN CELY, William Mauricio. Pluralización religiosa y cambio social en Colombia. En Theologica Xaveriana, volumen 63 número 175; páginas 57-85. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, enero-junio 2013.

10 Juan 15: 7-8

11 1904-1984

12 1 Juan 3: 23-24

13 Jesuíta húngaro; 1927-2021; trabajó en Argentina.

14 Nacida en 1936; religiosa benedictina estadounidense.

15 Nacido en 1945; benedictino alemán.

16 1915-1968; monje trapense, poeta, activista social, nacido en Francia.

17 Religioso dominico peruano, padre de la Teología de la Liberación; nacido en 1928.

18 Filósofa primero agnóstica después de su conversión se hizo monja carmelita; 1891-1942. Asesinada por los nazis en el campo de concentración de Auschwitz.

19 1914-1943; joven judía holandesa, asesinada por los nazis; se encontró su diario que contiene una riquísima vida espiritual.

20 Nacido en 1945; religioso dominico nacido en Londres; fue superior general de los dominicos.

21 1928-2020; religioso catalán de la congregación claretiana; vivió la mayor parte de su vida en Brasil donde fue Obispo de una región muy pobre, Sao Felix de Araguaia, en el Mato Grosso.

22 1912-2015; religioso italiano seguidor de Carlos de Foucauld, notable autor de libros de espiritualidad.

23 1929-2023; jesuita español; prolífico autor de obras de teología y espiritualidad.

24 1927-2012; jesuita italiano experto en Ciencias Bíblicas. Fue cardenal y arzobispo de Milán 1980-2001.

25 MARDONES, José María. Un cristianismo para el tercer milenio: espiritualidad encarnada. En https://www.dominicasanunciata.org/wp-content/uploads/2016/06/wdfomi_pdf_7695-DRRcxnM2J5Efeb.pdf FERNANDEZ, Víctor Manuel. Teología encarnada: profundidad espiritual en acción. San Pablo. Buenos Aires, 2004. TRIGO, Pedro. Espiritualidad encarnada: para vivir la novedad del Vaticano II. Sal Terrae. Santander, 2022. GONZALEZ CARVAJAL, Luis. Las bienaventuranzas: una contracultura que humaniza. Sal Terrae. Santander, 2014. GRÜN, Anselm & DUFNER, Meinrad. Una espiritualidad desde abajo. Un diálogo con Dios desde el fondo de la persona. Narcea. Madrid, 2004. JHONSTON, William. Enamorarse de Dios. Herder. Barcelona, 2005. CÁCERES, Alirio; HOYOS, Adriana; NAVARRO, Rosana; SIERRA, Angela María. Espiritualidad hoy: una mirada histórica, antropológica y bíblica. En Theologica Xaveriana volumen 58 número 166; páginas 381-408. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, julio-diciembre 2008.

26 Hechos 9: 31.

Hablemos de la importancia de saber escuchar

[…] La imperfección de los acuerdos sociales que logramos en el pasado y la violación o el rompimiento de estos, produjo exclusión, violencia y fragmentación con consecuencias dramáticas para la vida de muchos colombianos: víctimas de la violencia paramilitar, de los grupos guerrilleros, de las fuerzas del Estado. 

Muchos, y con gran esfuerzo, han tomado la decisión de pasar la página y volver a invertir su energía vital en construir, poco a poco acuerdos sociales pequeños que les retornen la fe en este elusivo objetivo de vivir en paz. Pero es tarea de todos y de todos los días, tratar de recordarle a quienes por cuenta del dolor han olvidado las ventajas que tiene el que hagamos parte de una misma sociedad y de una misma nación, el enorme potencial constructivo que tienen nuestros acuerdos cotidianos. 

Pero, ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo restablecer la conversación y la gestación de acuerdos? La primera tarea es escuchar. Sí, escuchar, no ser escuchado. En la vida en comunidad y sobre todo en la vida de una sociedad en proceso de sanación, después de una herida profunda como la nuestra, es vital escuchar. Escuchar no por cortesía. Escuchar no superficialmente mientras se piensa cómo contrarrestar el argumento del otro. 

Escuchar más bien, intentado entender quien es mi interlocutor, cuáles son sus deseos y aspiraciones, cuales sus miedos y sus desconfianzas. Solo escuchando con cuidado se puede poner a funcionar la creatividad para generar objetivos comunes, áreas de trabajo conjunto. Escuchar implica evitar ponerse a sí mismo en lugares de superioridad moral que resultan de creer que las ideas que uno defiende son mejores que las de los otros. 

Escuchar genuinamente no pasa por juzgar al otro por sus posiciones. Escuchar de verdad, deja de lado la descalificación y no presume todo el tiempo la perversidad o la mala fe del otro. ACUERDO – FUTURO EN TRANSITO, Comisión de la Verdad/Rey Naranjo Editores, 2020, p. 19-20.

P. José Raúl Arbeláez SJ – Equipo CIRE Ampliado

Comunitas Matutina 21 de abril 2024

COMUNITAS MATUTINA 21 DE ABRIL 2024 

DOMINGO IV DE PASCUA CICLO B 

““Yo soy el buen pastor: conozco a mis ovejas y las mías me conocen a mí. Del mismo modo, el Padre me conoce y yo conozco a mi Padre, y doy la vida por las ovejas”.
(Juan 10: 14-15)

Lecturas:
1. Hechos 4: 8-12
2. Salmo 117
3. 1 Juan 3: 1-2
4. Juan 10: 11-18

Toda la vida de Jesús es un constante y creciente salir de sí mismo, siempre dedicado a dar vida a todos los prójimos con los que se cruzó en su vida, dando vida del espíritu y vida del cuerpo, haciendo a cada uno consciente de la amorosa predilección de Dios; no reserva nada para sí mismo, su proyecto de vida no está determinado por intereses personales sino por el interés del hermano, restablecer la armonía perdida en el pecador, la salud corporal en tantos ciegos, paralíticos, leprosos, que se acercaron a él con la esperanza de ser sanados, la dignidad afrentada por las injusticias y las opresiones; la vigorosa denuncia de todo lo que contraría el plan de Dios en esta materia, el reconocimiento amoroso del valor propio de cada hombre y de cada mujer. En Jesús está Dios dándose totalmente para salvación de la humanidad. 1 Los relatos evangélicos y todos los escritos del Nuevo Testamento son unánimes en testimoniar esta condición de Jesús trascendiendo de sí mismo hacia el Padre y hacia el hermano, con la claridad de que en este modo de proceder está acatando con máxima fidelidad la voluntad de Dios: “Toda la riqueza de Cristo es para todo hombre y constituye el bien de cada uno. Cristo no vivió su vida para sí mismo sino para nosotros desde su Encarnación “por nosotros los hombres y por nuestra salvación” hasta su muerte “por nuestros pecados” (1 Corintios 15:3), y en su Resurrección “para nuestra justificación” (Romanos 4:25). Todavía ahora “es nuestro abogado cerca del Padre” (1 Juan 2:1), “estando siempre vivo para interceder en nuestro favor” (Hebreos 7:25). Con todo lo que vivió y sufrió por nosotros de una vez por todas, permanece presente para siempre “ante el acatamiento de Dios en favor nuestro” (Hebreos 9:24). 2

El evangelio de este domingo toma la figura del Buen Pastor como referente y modelo para acreditar el estilo amoroso y solidario de Jesús: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, que no es propietario de las ovejas, abandona las ovejas y huye, cuando ve venir al lobo; y el lobo hace presa en ellas y las dispersa”. 3 En su conocida y sabia pedagogía, Jesús enseña sobre el Reino de Dios tomando ejemplos de la vida cotidiana y doméstica de sus paisanos, de la de él mismo; así, muchos de sus contemporáneos se dedicaban a la actividad pastoril, de allí se inspira para esta bella metáfora que hace decir al Papa Francisco que debemos ser “pastores con olor a oveja”. 4 Este lenguaje es el que inspira la acción evangelizadora de la Iglesia – núcleo central de su misión – , designándola con el nombre de PASTORAL. 5 Este es el quehacer de la Iglesia formando comunidades, cuidando a cada una de las “ovejas” que hacen parte de cada una de ellas, anunciando la Buena Noticia, esmerándose en un ministerio que debe caracterizarse por una total entrega, a tiempo y a destiempo, sin buscar recompensas ni privilegios ni homenajes, con una disposición que debe llegar hasta dar la vida por todas las que integran su redil: “Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos”. 6

El teólogo Jon Sobrino define a Jesús como el “pro-existente”, el que existe exclusivamente a favor de los demás. 7 El significado etimológico de existencia es salir de sí mismo hacia lo que es distinto de uno, hacia lo otro – el prójimo – , hacia el Totalmente Otro – Dios -. Es imperativo cristiano pedir al Espíritu la gracia de no hacer de esto un lugar común, como tantos otros elementos que derivan en proclamaciones retóricas sin consecuencias de transformación existencial. En el Señor todo lo suyo es donación hasta la muerte y muerte de cruz , por eso el fundamento del ser cristiano es él mismo en este modo de entregarse sin límites, de atender a cada ser humano, de cuidarlo con máxima delicadeza, de reconstruírlo en su ser físico y espiritual, de preferencia por los más desvalidos y vulnerables, este elemento es normativo para todo el que decida seguir su camino. En esto consiste el pastoreo de Jesús, por eso el evangelio de Juan proclama que él es el Buen Pastor. 8

Cuando el Papa Francisco en sus diversas intervenciones escritas y habladas insiste sobre la Iglesia en estado de misión, no autorreferencial, y otras alusiones semejantes, está pensando en el paradigma que es para todo cristiano esta conducta del Señor Jesús manifestada en su total dedicación al bien del rebaño al que es enviado para su salvación, redención y liberación. Nunca pasó por su mente un estilo de poder y de prerrogativas que lo pusieran por encima de los demás. Por esto, a la Iglesia entera le corresponde ser una comunidad ministerial, pastoral, evangelizadora, entregada incondicionalmente al bien de la humanidad y de ella misma, entendiendo como bien esa condición permanente de ofrenda de la vida para que haya vida en abundancia como reza bellamente el evangelio de Juan y como lo refiere la primera lectura de hoy narrando la actitud de Pedro y Juan ante el sanedrín: “Entonces, Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: jefes del pueblo y ancianos, puesto que, con motivo de una buena obra realizada en un enfermo, se nos interroga hoy por quién ha sido este curado, sepan todos ustedes y todo el pueblo de Israel que ha sido por el nombre de Jesucristo, el Nazareno, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos. Por su nombre, y no por ningún otro, tienen a este aquí sano, ante ustedes”. 9

En este domingo tradicionalmente las comunidades honran a sus pastores, los obispos y presbíteros, dedicándoles especiales homenajes de afecto y gratitud. Pero no se puede olvidar que no se trata de exaltar una casta superior en la Iglesia, la de los clérigos, ni de rendir culto a la personalidad de quienes dedican su vida el ejercicio del ministerio ordenado. Conocemos bien los excesos de la excesiva honra al clero con sus nocivas consecuencias de poder y superioridad. Cada obispo en su diócesis y cada presbítero en su parroquia, grupo apostólico, es un servidor que debe inspirar su modo ministerial en el mismo Señor Jesús, debemos estar negados al “vano honor del mundo”, siguiendo en todo al Señor: “Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas y las mías me conocen a mí; del mismo modo, el Padre me conoce y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; también a esa debo conducir ; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño bajo un solo pastor”. 10

En este reconocimiento cabe evocar a pastores que siguieron fielmente al Señor y a sus comunidades dando todo de sí para que sus ovejas abundaran en gracia y dignidad: San Damian de Veuster, 11 religioso belga que se entregó con extrema generosidad a los enfermos de lepra en la isla de Molokai, adquiriendo él mismo la enfermedad; nuestro Beato Mariano de Jesús Eusse Hoyos, 12 durante largos años párroco en Angostura (Antioquia), testimonio del auténtico e infatigable pastor; el arzobispo mártir de San Salvador en Centroamérica, San Oscar Romero, 13 defensor de la dignidad de comunidades campesinas oprimidas por la violencia e injusticia de los poderosos de ese país; el padre Alfred Delp, 14 jesuita alemán, consciente del horror de la tiranía hitleriana en los tiempos siniestros de la segunda guerra mundial, ayudó a muchos judíos a escapar del régimen, fue ajusticiado el 2 de febrero de 1945; nuestro compatriota, el arzobispo de Cali Isaías Duarte Cancino, 15 que sirvió generosamente a la Iglesia como obispo en Bucaramanga, Apartadó y Cali, asesinado en esta última ciudad en marzo de 2002; el Cura Brochero, 16 abnegado párroco argentino en el siglo XIX y comienzos del XX, canonizado por el Papa Francisco en 2016. Estos son pastores de total credibilidad por haber apropiado como suyo el estilo pastoral de Jesús. 17

Con ellos también reconocemos a multitud de hombres que , en silencio y máxima discreción, lo apuestan todo por sus comunidades, pastorean sin buscar honores, hacen del Evangelio su proyecto de vida, defienden a sus ovejas, les brindan los mejores elementos para una genuina existencia evangélica, se preocupan por todos, no esperan que la gente vaya hacia ellos porque siempre orientan su vida a la salida pastoral, sin descanso ni ganancias personales, configurándose en todo con el Señor Jesucristo. Ahora, cuando en la Iglesia pasamos la profunda pena que deriva de los escándalos de pedofilia y abuso sexual a niños y adolescentes protagonizados por sacerdotes y religiosos, volvemos la mirada y el corazón a estos santos varones que honran el Evangelio y el ministerio ordenado, todo esto para que nuestras vidas sean impecables, no por mérito nuestro, sí por la gracia del buen Dios. Este horrendo pecado de los abusos es una evidencia de esa cultura clerical de superioridad que no tiene nada de evangélico, que ayuda a crear una conciencia elitista con detrimento de la dignidad y autonomía de los laicos, y con poco aprecio por el aporte de estos últimos al quehacer eclesial.

Sí, la humilde y responsable conciencia de esta pecaminosidad nos remite a la esencial configuración con el Señor Jesucristo, a una experiencia de oración y discernimiento que nos apoye en nuestra búsqueda fiel de la voluntad de Dios, a un trabajo juicioso de modelación psicoafectiva, a un sabernos enviados a pastorear con la más alta calidad evangélica y humana, a rechazar con vehemencia el “carrerismo eclesiástico”, al más exquisito respeto por cada una de las personas que son confiadas a nuestro ministerio, también a construir redes de apoyo y comunidad de vida con los hermanos obispos y presbíteros, descartando todo individualismo y aislamiento. El modelo auténtico de pastor es el mismo Señor, su narrativa pro-existente es la referencia que define la identidad y el quehacer de los BUENOS PASTORES de la Iglesia.

Antonio José Sarmiento Nova, SJ 

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2 CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. Número 519. San Pablo. Bogotá, 2022.

3 Juan 10: 11-12

4 PAPA FRANCISCO. Pastores con olor a oveja. Cuarenta rasgos desde el corazón del Evangelio PPC. Madrid, 2016. FARES, Diego. El olor del pastor. El ministerio pastoral en la visión del Papa Francisco. Sal Terrae. Santander, 2015. OCASIO, David S. Olor a ovejas. Perspectivas y principios para el servicio. Vida Miami, 2010.

5 FLORISTÁN, Casiano. Teología práctica: teoría y praxis de la acción pastoral. Sígueme. Salamanca, 1993. RAMOS, Julio. Teología Pastoral. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1995. GUTIERREZ MERINO, Gustavo. Líneas pastorales de la Iglesia en América Latina. Análisis teológico. Centro de Estudios y Publicaciones CEP. Lima, 1983. NEIRA FERNÁNDEZ, Germán. Edificar la Iglesia hoy: teología práctica. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 1994. MERLOS ARROYO, Francisco. La pastoral de la Iglesia en el cambio de época. PPC. Madrid, 2012. ANDRÉS VELA, Jesús. Reflexiones de un teólogo “pastoralista” sobre la teología. En Teológica Xaveriana volumen 59; número 167; páginas 17-40. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, enero-junio 2009.

6 Juan 15: 12-13

7 SOBRINO, Jon. Jesús en América Latina. Su significado para la fe y la cristología. Sal Terrae. Santander, 1990. TORRES SERRANO, Juan Manuel. La proexistencia: un modo de ser y de hablar de Dios en el contexto latinoamericano. En Revista Iberoamericana de Teología volumen VI, número 10; páginas 25-48. Universidad Iberoamericana. Ciudad de México, enero-junio 2010. MOLINA PÉREZ, Sergio. El amor como modo primordial de la existencia. En Cuestiones Teológicas volumen 47, número 108; páginas 155-166. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, julio-diciembre 2020. ZIZIOULAS, Johannis. Comunión y alteridad: persona e Iglesia. Sígueme. Salamanca, 2009. ARENAS MOLINA, Enrique. No hay amor más grande. Uniagustiniana. Bogotá, 2019. ARREGI GURIDI, Joxe Mari. Una historia de amor. Seguir a Jesús en la vida consagrada hoy. Verbo Divino. Estella, 2015. SCHÜRMANN, Heinz. El destino de Jesús: su vida y su muerte. Sígueme. Salamanca, 2003. KASPER, Walter. La proexistencia de Jesús; en Idem. La misericordia, clave del Evangelio y de la vida cristiana. Sal Terrae. Santander, 2014; páginas 75-80.

8 BEUTLER, Johannes. El discurso del Buen Pastor en Juan 10. En Cuestiones Teológicas volumen 32, número 78; páginas 243-270. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, julio-diciembre 2005. GUERRA, Luis María. El Buen Pastor, estudio exegético-teológico de Juan 10: 1-18. En Almogaren número 10, páginas 25-93. Centro Teológico de Las Palmas. Palma de Gran Canaria, 1992. LOPEZ VERGARA, Juan. Conozco a los míos, y los míos me conocen a mí (Juan 10: 1-21). En Revista Iberoamericana de Teología volumen XIII, número 26; páginas 99-124. Universidad Iberoamericana. Ciudad de México, 2018. PAPA JUAN PABLO II. Exhortación Apostólica Postsinodal Pastores Gregis sobre el Obispo Servidor del Evangelio de Jesucristo para la Esperanza del Mundo. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2003.

9 Hechos 4: 8-10.

10 Juan 10: 14-16

11 3 de enero de 1849 Tremelo (Bélgica); 15 de abril de 1889, Kalawao, HawaI.

12 14 de octubre de 1845 Yarumal (Antioquia); 13 de julio de 1926, Angostura (Antioquia)

13 15 de agosto de 1917 Ciudad Barrios (El Salvador); 24 de marzo de 1980 San Salvador (El Salvador)

14 15 de septiembre de 1907 Mannheim (Alemania); 2 de febrero de 1945, prisión de Plöttzensee, Berlín (Alemania)

15 15 de febrero de 1939, San Gil (Santander); 16 de marzo de 2002, Cali.

16 16 de marzo de 1840 Villa Santa Rosa (Argentina); 26 de enero de 1914, Villa del Tránsito (Argentina).

17 GONZALEZ DORADO, Antonio. Sacerdotes dignos de crédito, perspectiva latinoamericana. Sal Terrae. Santander, 1990. PAPA JUAN PABLO II. Exhortación Apostólica Post Sinodal Pastores Dabo Vobis sobre la Formación de los Sacerdotes en el Mundo Actual . Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 1992. WEST, Morris. Las sandalias del pescador. Editorial B. Madrid, 2015. JARAMILLO RIVAS, Pedro. Queridos sacerdotes, claves y propuestas para vivir la espiritualidad sacerdotal. Audiencias, discursos y homilías del Papa Francisco para consagrados y sacerdotes . PPC. Madrid, 2018. BOROBIO, Dionisio. Los ministerios en la comunidad. Biblioteca de Pastoral Litúrgica. Barcelona, 1999. RESTREPO, Javier Darío . La revolución de las sotanas. Planeta. Bogotá, 1995. BUSTILLO, Francisco Javier. Testigos, no funcionarios. El sacerdote en un cambio de época. Librería Editrice Vaticana, 2023.

Hablemos de por qué todos deberíamos conocer el funcionamiento del cerebro

[…] El ser humano no es solo su cerebro, sino su cerebro y su propio cuerpo, del que constantemente se retroalimenta para poder funcionar adecuadamente. La actividad de casi todos los órganos del cuerpo genera sustancias químicas que tras cruzar la barrera hematoencefálica entran en el cerebro y modulan su propia actividad, particularmente en lo que se refiere a las emociones, dando una impronta nueva que nos lleva a poder entender más en raíz las grandes variaciones de la conducta humana a lo largo del tiempo.

[…] Pero no solo eso. […] Todo lo que hacemos en este mundo puede hacer cambiar el funcionamiento de nuestros propios genes y con ello el funcionamiento de nuestro cerebro y nuestro cuerpo. […] Esos cambios pueden ser heredados por nuestros hijos, y en consecuencia ya, de alguna manera, predeterminar el funcionamiento de sus propios cerebros.

[…] Todo ello justifica, creo que de manera importante, la necesidad de conocer cada vez más y mejor el funcionamiento del cerebro humano, y no solo desde la perspectiva de la investigación científica o académica, sino de toda aquella persona que quiera hacerse responsable de su propia vida en un contexto social. ¿CÓMO FUNCIONA EL CEREBRO?, Francisco Mora, Alianza Editorial, 2014, p. II-III

P. José Raúl Arbeláez SJ – Equipo CIRE Ampliado

Comunitas Matutina 14 de abril 2024

COMUNITAS MATUTINA 14 DE ABRIL 2024 

DOMINGO III DE PASCUA CICLO B 

“Ustedes son testigos de estas cosas, y yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido”
(Lucas 24:48-49)

Lecturas:
1. Hechos 3: 13-19
2. Salmo 4
3. 1 Juan 2: 1-5
4. Lucas 24: 35-48

Común denominador de las lecturas bíblicas que la Iglesia nos propone durante el tiempo pascual, es el testimonio de muchas personas que experimentaron a Jesús como El Viviente, con el consiguiente cambio sustancial de sus vidas, en términos de entusiasmo, de compromiso con el Reino de Dios y su justicia, de temple para enfrentar las contradicciones religiosas y políticas causadas por las autoridades judías y romanas, de dedicar su vida por entero a anunciar la Buena Noticia. Esa condición de testigos les permitió animar a muchos para que siguieran el mismo camino, es entonces cuando surgen las primeras comunidades de cristianos y, más tarde, los evangelios y los demás textos del Nuevo Testamento, que vienen a ser la concreción de lo vivido por esos testigos originales de la experiencia pascual, escritos como material de catequesis para quienes se interesaban en seguir el Camino. 1

El evangelio de este domingo es una ruta para que nos comprometamos en esa condición testimonial, para que mantengamos ininterrumpida la apasionante vivencia del Resucitado, con su capacidad extraordinaria de reencantar la vida y de garantizar el sentido definitivo de la misma. Sin excepción, a todos los seres humanos nos inquieta el significado pleno de la existencia, si vale la pena vivir, si las inevitables experiencias de sufrimiento nos preparan para una plenitud inagotable. En la Pascua de Jesús, Dios comunica su respuesta a estas preguntas de sentido. En la comunicación de la fe en el Señor Resucitado los testigos y su testimonio son fundamentales, los discípulos-as originales dan el punto de arranque en la historia cristiana, con ellos se establece la sucesión apostólica. Después de esa primera generación de seguidores se van sucediendo los testigos, la transmisión del testimonio, la formación de la fe, las comunidades de creyentes, presencia viva y actuante del Resucitado hasta hoy y siempre. 2 La fe cristiana no puede dormir sobre los laureles de una inercia que la hace permanente, ella debe activarse siempre por la fuerza testimonial de la Iglesia toda y de cada comunidad de creyentes en particular.

El Papa Pablo VI en su clásico y siempre actual documento “Evangelii Nuntiandi sobre el Anuncio del Evangelio Hoy”, 3 dice con vehemencia que el testimonio es el elemento fundamental de la evangelización, lo que persuade a muchos a seguir el camino de Jesús: “La Buena Nueva debe ser proclamada, en primer lugar mediante el testimonio. Supongamos un cristiano o un grupo de cristianos que, dentro de la comunidad humana donde viven, manifiestan su capacidad de comprensión y de aceptación, su comunión de vida y de destino con los demás, su solidaridad en los esfuerzos de todos en cuanto existe de noble y bueno. Supongamos además que irradian de manera sencilla y espontánea su fe en los valores que van más allá de los valores corrientes, y su esperanza en algo que no se ve ni osarían soñar. A través de este testimonio sin palabras estos cristianos hacen plantearse, a quienes contemplan su vida, interrogantes irresistibles: Por qué son así? Por qué viven de esa manera? Qué es o quién es el que los inspira? Por qué están con nosotros? Pues bien, este testimonio constituye ya de por sí una proclamación silenciosa, pero también muy clara y eficaz, de la Buena Nueva”. 4 Y a los pocos meses de iniciado su ministerio como Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia Universal el Papa Francisco insiste en lo mismo en su Exhortación Evangelii Gaudium La Alegría del Evangelio 5: “La alegría del Evangelio que llena la comunidad de los discípulos es una alegría misionera. La experimentan los setenta y dos discípulos que regresan de la misión llenos de gozo. La vive Jesús, que se estremece de gozo en el Espíritu Santo y alaba alaba al Padre porque su revelación alcanza a los pobres y pequeños. La sienten llenos de admiración los primeros que convierten al escuchar predicar a los Apóstoles “cada uno en su propia lengua” (Hechos 2:6)., en Pentecostés. Esa alegría es un signo de que el Evangelio ha sido anunciado y está dando fruto. Pero siempre tiene la dinámica del éxodo y del don, del salir de sí, del caminar y sembrar siempre de nuevo, siempre más allá”. 6

Las palabras de Pedro se inscriben en ese carácter de testimonio: “Mataron al jefe que conduce a la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos; nosotros somos testigos de ello. Y por la fe en su nombre, el propio Jesús ha restablecido a este hombre que ustedes ven y conocen. Es, pues, la fe, dada por su medio, la que lo ha restablecido totalmente ante todos ustedes” . 7 No está haciendo esta afirmación “de memoria” porque él, junto con sus compañeros, ha vivido intensamente ese salto de la derrota y la frustración a la certeza de que el mismo hombre histórico que caminó con ellos y que fue condenado injustamente al suplicio de la cruz es ahora el Cristo Resucitado, el que ha transformado su vida de raíz, involucrándolos a todos en la novedad que surge de la Pascua.

La vocación fundamental de la Iglesia y de cada cristiano en particular, de cada comunidad de creyentes, es la de ser testigos, llevando una existencia ciento por ciento pascual, vale decir, de servicio, de solidaridad, de justicia, de fraternidad, de compromiso con la felicidad de los seres humanos en nombre de Dios, de transformación de la realidad injusta, de afirmación contundente de la dignidad de cada ser humano, de hacer que esa Iglesia motive a muchos para hacer parte de ese proyecto de nueva humanidad que resucita con Jesús. Esos testigos originales demostraron que ni la cruz ni el fracaso tuvieron la última palabra porque esta viene de Dios y es de vida definitiva e inagotable. 8

Tal es la tarea cristiana, hacer el mundo totalmente nuevo, saturado de ilusiones, de razones para vivir, de inclusiones y equidades, también de valiente renuncia a pretensiones de poder, a incoherencias, a participación en religiosidades paralizantes, a miedos al compromiso, a disfrazar de prudencia nuestras cobardías, a los silencios cómplices y a las posturas anquilosadas: “Estaremos seguros de conocerle si cumplimos sus mandamientos. Quien dice: yo le conozco, y no cumple sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, tenga por cierto que el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos con él”. 9

Cómo estamos en materia testimonial? Como los discípulos, también nos dejamos dominar por el miedo? No terminamos de creer que sí está vivo y resuelto a inspirar nuestra vida? Seguimos manejando las mismas inseguridades y temores de Pedro y sus amigos? Confundimos a Jesús con un fantasma?: “Sobresaltados y asustados creyeron ver un espíritu, pero él les dijo: por qué se turban? Por qué albergan dudas en su mente? Miren mis manos y mis pies: soy yo mismo”. 10

Las conocidas limitaciones de los discípulos en materia de captar a fondo el proyecto de Jesús tienen en estos temores una nueva evidencia, que sólo desaparecerá cuando tengan la osadía de seguir al Resucitado sin ambages, dispuestos a hacer vigente en totalidad su programa de bienaventuranzas, de nueva humanidad, de preferencia por los últimos del mundo, de conversión del corazón al Padre y al prójimo, de encarnación crucificada y redentora en la realidad del ser humano y de la historia. 11 También nosotros participamos de esas limitaciones: Con qué disfraces hemos envuelto a Jesús en lugar de dejarnos transformar por el Viviente? Para superar esas inseguridades, Jesús se les presenta, así lo refieren los distintos relatos de apariciones del Resucitado. Esto último se inscribe en el ámbito de la fe, la certeza de que en la resurrección de Jesús Dios ha intervenido decisivamente en la historia de la humanidad, en su dimensión trágica de muerte y de dolor, para reorientar la misma salvíficamente instituyendo a su Hijo como Señor y Salvador.

El lenguaje de Lucas, de profunda densidad teológica y antropológica, afirma que el Jesús histórico, el Crucificado, es ahora el Viviente, el Señor Resucitado. El evangelista se vale de este recurso, aparentemente sensorial, para afirmar simultáneamente la humanidad y la divinidad de Jesús, y para mover a sus discípulos – y a nosotros – a establecer una relación personal con él, concreta y existencial, con la capacidad de transformarnos, de hacernos nuevos en la novedad de su humanidad y de su divinidad.

Como ya lo hemos comentado en otras páginas de Comunitas Matutina el relato de los discípulos de Emaús es un hermoso y dramático reflejo de lo que nos confunde y hace sentir derrotados en la vida. Como esos dos discípulos perplejos también nosotros como propio de nuestra condición humana experimentamos crisis, oscuridades, momentos de extraordinaria debilidad. Pero así mismo, esto nos remite – si ese es nuestro querer – a los testigos de la fe, a quienes han hecho de su vida una ofrenda a la causa de Jesús y a la promoción evangélica del ser humano, hallando en ellos temple, fortaleza y razones para la esperanza Es totalmente estratégico hacer pública esta enseñanza en tiempo de Pascua, con el fin de animarnos a llevar un estilo de vida pascual. Dejarnos tomar por el Resucitado conlleva una tarea misional, siempre humilde, siempre portadora de sentido, sin pretensiones de superioridad sobre nadie, con la discreta conciencia de sabernos inscritos en la aventura salvadora de Dios: “Está escrito que el Cristo debía padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día y que se predicaría en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando por Jerusalén. Ustedes son testigos de estas cosas”. 12

Antonio José Sarmiento Nova, SJ 

BIBLIOGRAFÍA

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2 RATZINGER, Joseph. Transmisión de la fe y fuentes de la fe. En Scripta Theologica número 15, volumen 1; páginas 9-30. Universidad de Navarra. Pamplona, 1983. MADRIGAL TERRAZAS, Santiago. Nueva evangelización y transmisión de la fe. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 15 de enero de 2013. GERMAIN, Elizabeth. La transmisión de la fe en los primeros siglos cristianos. En Teología y Catequesis números 45-48; páginas 87-96. Universidad Eclesiástica San Dámaso. Madrid, 1993. PONCE DE LEÓN, Enrique. Testigos del Señor Jesús. Buena Prensa. Ciudad de México, 2007. SOCIEDAD ARGENTINA DE TEOLOGÍA. La transmisión de la fe en el mundo de las nuevas tecnologías. XXXII Semana Argentina de Teología. Agape Libros. Buenos Aires, 2014. SÍNODO DE LOS OBISPOS. XIII ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA. La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. Instrumentum Laboris. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2012. LOHFINK, Gerhard. La Iglesia que Jesús quería. Dimensión comunitaria de la fe cristiana. Desclée de Brower. Bilbao, 1986. PONTIFICIO CONSEJO PARA EL DIALOGO INTERRELIGIOSO. El testimonio cristiano en un mundo multirreligioso. Recomendaciones de conducta. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2011.

3 PAPA PABLO VI. Exhortación Apostólica Post Sinodal Evangelii Nuntiandi El Anuncio del Evangelio Hoy. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 1975.

4 EVANGELII NUNTIANDI número 21

5 PAPA FRANCISCO. Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium La Alegría del Evangelio. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2013; Exhortación Apostólica Post Sinodal Christus Vivit. A los jóvenes y a todo el pueblo de Dios. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2019. VIVES, Josep. Hablar de Dios en el umbral del siglo XXI? Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2012. MARTÍN VELASCO, Juan de Dios. Ser testigos. Comunidades de testigos y profetas. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 27 de abril de 2010. BARRIENTOS, Maynor. El testimonio de Pablo y la episteme del testigo: la experiencia traumática de la vida, pasión y resurrección de Jesús. En Espiga números 16-17; páginas 255-274. Universidad Estatal a Distancia. San Pedro de Montes de Oca, enero-diciembre 2008. CONSEJO PONTIFICIO PARA EL DIALOGO INTERRELIGIOSO Y CONGREGACION PARA LA EVANGELIZACION DE LOS PUEBLOS. Diálogo y Anuncio. Reflexiones y orientaciones sobre el diálogo interreligioso y el anuncio del Evangelio. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 1991,

6 EVANGELII GAUDIUM número 20.

7 Hechos 3: 15-16

8 Esto lo podemos asociar con la conocida expresión del Papa FRANCISCO “Una Iglesia en salida”, con ella el Papa alude al carácter misional-apostólico de la Iglesia, esta no es una entidad encerrada en sí misma, su razón de ser es el anuncio de Jesucristo muerto y resucitado, contenido fundamental de lo que conocemos como Buena Noticia-Evangelio, respuesta de Dios al interrogante sobre el sentido de la vida que constantemente nos hacemos los seres humanos. RADCLIFFE, Timothy. Ser cristianos en el siglo XXI. Una espiritualidad para nuestro tiempo. Sal Terrae. Santander, 2018. GONZÁLEZ CARVAJAL, Luis. Cristianos del siglo XXI. Interrogantes y retos pastorales ante el tercer milenio. Sal Terrae. Santander, 2002. MARTÍNEZ DÍEZ, Felicísimo. Ser cristiano hoy? Jesús y el sentido de la vida. Verbo Divino. Estella, 2009.

9 1 Juan 2: 3-5

10 Lucas 24: 37-39

11 THEISSEN, Gerd. El movimiento de Jesús: historia social de una revolución de los valores. Sígueme. Salamanca, 2005. GRACIO DAS NEVES, Rui Manuel El movimiento de Jesús. Una lectura sociológica. Abya Yala. Quito, 2023. RICHARD, Pablo. El movimiento de Jesús antes de la Iglesia. Una interpretación liberadora de los Hechos de los Apóstoles. Sal Terrae. Santander, 1998. AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. Del movimiento de Jesús a la Iglesia cristiana. Ensayo de exégesis sociológica del cristianismo primitivo. Verbo Divino. Estella, 2017. DRI, Rubén. La utopía de Jesús Biblos. Buenos Aires, 2000. MONGE CASTILLERO, Joaquín. Los primeros pasos del cristianismo a través de la figura de Pablo de Tarso. En Itálica Revista para la difusión de jóvenes investigadores del mundo antiguo. Número 4, páginas 1-25. Universidad Pablo de Olavide. Sevilla, 2022.PIÑERO, Antonio. Guía para entender el Nuevo Testamento. Trotta. Madrid, 2006. SORDI, M. Los cristianos y el imperio romano. Encuentro. Madrid, 1998. VOUGA, G. Los primeros pasos del cristianismo: escritos, protagonistas, debates. Verbo Divino. Estella, 2001.

12 Lucas 24: 36-48.

Hablemos de los viajes que nos llevan a viajar por nuestra propia interioridad

Durante la larga y extenuante travesía, que no careció de variados y complicados incidentes, recuerdo con ambivalente satisfacción esa otra especie de viaje interior que yo iba realizando mientras nuestra nave surcaba la mar interminable.

Lo curioso es que eso tiende a sucederme en la mayoría de los viajes que realizo; de allí que no tenga una memoria clara ni un registro muy nítido de los paisajes por los que he transitado o de las naciones que he conocido, sino que lo que mantengo vivo y casi inalterable son las emociones y las conmociones íntimas que me suscitan los nuevos lugares que recorro.

De alguna manera, viajar es recorrerme, volverme a explorar con una obsesión a veces minuciosa que me permite siempre una aproximación a muchos de esos sentimientos míos que nunca logro comprender a cabalidad. BOLIVAR. DELIRIO Y EPOPEYA, Víctor Paz Otero, Villegas Editores, 2008, p. 45

P. José Raúl Arbeláez SJ – Equipo CIRE Ampliado